Ariel Franco junto a sus muchachos
Ariel Franco en medio. Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

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Este corte de cabello viral 'a prueba de balas' se originó en la prisión

Primero, Ariel Franco estuvo en régimen de aislamiento. Luego se convirtió en el estilista más solicitado de Brasil.
Larissa Zaidan
fotografías de Larissa Zaidan
RL
traducido por Rafa Lombardino
DS
traducido por Daniela Silva

Artículo publicado originalmente por VICE Brasil.

Sentado en la tercera silla de una barbería en la planta baja de una casa en Vila Brasilândia, al norte de São Paulo, Dom Pedro se está cortando el cabello y tratando de mantenerse fresco con el clima de 30 grados. Trata de hacerlo al menos una vez al mes. Luciendo una bata negra para proteger su ropa, observa mientras su barbero trabaja en un corte de pelo que se asemeja a una corona: el "blindado" o el corte "a prueba de balas".

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Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

El peinado es bastante simple: un copete alto, degrafilado, con ángulos afilados en la sien. Lo único que se necesita es un peine y tres botes de tinte lavable, como el que se usa en el Carnaval de Brasil y en las fiestas de cumpleaños infantiles. Por 80 reales brasileños [20,45 dólares], el niño de 11 años se va de la peluquería con estilo, listo para robar algunas miradas en la escuela.

Dom Pedro es solo uno entre muchos jóvenes que vienen con Ariel Franco. El barbero tiene tanta demanda que tuvo que mudar su barbería a una nueva ubicación. "Cuando llegué aquí, había ladrillos y yeso", recuerda. "Improvisé algunas decoraciones de último momento, pero quiero arreglar el lugar el año que viene".

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Dom Pedro. Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

Después de crear una cuenta de Instagram para promocionar sus peinados y la técnica "a prueba de balas", selló un trato con dos patrocinadores estadounidenses, ganó más visibilidad y reunió a más de 117 mil seguidores en todo el mundo.

"Hace cuatro años, ni siquiera podía soñar con la vida que estoy viviendo ahora", dice Franco. En 2014, se encontraba en un centro de detención provisional en Vila Independência, cumpliendo una condena por tráfico de drogas. Al final de cada uno de sus videos de Instagram, lleva su dedo índice a los labios, pidiendo silencio, un gesto dedicado a aquellos que no creían que pudiera llegar tan lejos. "Está dedicado a todos los que dudaron que yo pudiera vencer los obstáculos".

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Tráfico de drogas, prisión y confinamiento solitario: la travesía a la peluquería

Franco es el primero de cinco hermanos, los hijos que Doña Neuza y Seu Genario criaron en Jardim Carombé, un vecindario en el lado norte de São Paulo. Mientras su padre trabajaba como guardia de seguridad, Neuza cuidaba la casa, cuidaba a los niños y hacía manzanas confitadas todas las tardes.

Una de esas tardes, cuando Franco tenía siete años, su madre cubrió una manzana con una capa de caramelo, la puso en un palo y se la entregó. Tomó el regalo, salió y lo vendió. Cuando regresó a casa, le dio el dinero a su madre y le preguntó: "Mamá, ¿podrías hacer algo por mí? Hazme un poco más de manzanas de caramelo todos los días. ¿Puedes hacerlo?" Ella lo hizo, y él las vendió todas.

Entre los siete y 13 años, Franco pasó la mayor parte de su tiempo en las calles, subiendo y bajando por el vecindario. Cuando tenía 14 años, comenzó a vender drogas. En lugar de vender paletas heladas y manzanas de caramelo, tenía una pistola, un fajo de dinero, una motocicleta y una gran cantidad de contactos. A los 19 años, estaba en el apogeo de su vida criminal. Fue entonces cuando fue arrestado por la policía durante una redada de protección y lo mandaron a la cárcel por dos años.

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Ariel en medio de los muchachos. Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

Fue hasta que entró a la cárcel que Franco comenzó a trabajar como barbero y a practicar su oficio. "Mi mente estaba en crisis y estaba enojado. Fue entonces cuando un amigo dijo: "¡Has estado aquí durante mucho tiempo! ¿Por qué no empiezas a cortar cabello para relajarte un poco? Así que empecé a cortar el cabello y me encontré a mí mismo".

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Franco se negó a decirnos exactamente lo que pasó, pero terminó pasando 15 días en régimen de aislamiento. Mientras esperaba un traslado a Presidente Venceslau, una instalación de máxima seguridad, oró por la intervención divina. Prometió nunca volver a una vida de crimen y pasar el resto de sus días trabajando como barbero. Poco después, un juez revisó su caso y consideró su buen comportamiento.

"Me soltaron el 24 de noviembre de 2014. Al día siguiente, recordé que mi amiga tenía varias maquinas para cortar el cabello y le pregunté que si me las prestaba", recuerda. A partir de entonces, siguió avanzando. Comenzó a cortar el pelo en su casa, luego se mudó a un lugar más grande y conoció a una joven llamada Laís, que se había convertido en amiga de su madre mientras esperaba en la fila para ir a visitarlo a la cárcel. Más tarde se casaron y tuvieron dos hijas.

Cerca de una comunidad brasileña conocida como Inferninho ("Pequeño infierno"), Franco rentó parte de una casa grande y colocó un papel tapiz improvisado para simular los ladrillos expuestos. Limpió el lugar, puso sus siete certificados en la pared e instaló tres espejos y tres sillas junto a un sofá donde los clientes pueden esperar su turno.

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Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

Hoy tiene dos ayudantes en su barbería. Bruno Aparecido Barbosa, de 22 años, ha estado trabajando con él durante dos años. Barbosa había visto un letrero de "Se busca asistente" en la antigua barbería de Franco y dejó de trabajar independientemente para aprender más sobre su técnica.

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César Martins, de 30 años, es un nuevo empleado que abandonó Ilha Comprida, una ciudad costera en el estado de São Paulo, hace dos meses. Martins dejó a su esposa e hijo, les dijo: "hasta pronto", y se fue a trabajar con el barbero de Brasilândia. Tan pronto como pudo ahorrar algo de dinero, llevó a su familia a la capital. En la actualidad, viven juntos cerca de la peluquería. Tanto Barbosa como Martins han aprovechado una oportunidad que muchos barberos en Brasil desearían haber tenido.

El arte de cortar el cabello

Franco tiene citas hasta abril y tiene viajes programados para Italia, Chile y Argentina, entre otros lugares en Latinoamérica.

Después de enamorarse por primera vez de la peluquería, estaba ansioso por crear algo que nadie hubiera visto antes. Comenzó a estudiar, a experimentar nuevos peinados en sus clientes y a seguir las últimas tendencias de moda. Fue entonces cuando descubrió el estilo de copete.

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Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

El "toupee de Elvis" se convirtió en un éxito en 2016 y sus clientes comenzaron a pedir ese corte de pelo. Sin embargo, pronto se frustraron porque el peinado no dura mucho. Franco vio su oportunidad, y desarrolló una técnica que permitió que el peinado permaneciera intacto durante una semana y media, y decidió agregar algunos colores fuertes y atenuados al look. El corte tomó a Brasilândia por sorpresa. "Todo lo que tiene color se convierte en arte", dice Franco.

"Es lo mejor para ir a las fiestas de baile de fin de semana en este momento", confirma cuando le pregunto qué tan sexy es el peinado. “A veces voy al centro comercial o al supermercado y la gente me reconoce. Algunos incluso me han pedido un autógrafo. ¡Nunca pensé que eso podría suceder!

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O rei das mechas, o el "Rey de las Mechas", como lo llaman algunos de sus fans, tiene un largo futuro. Quiere llegar a un millón de seguidores en Instagram, convertirse en embajador de marcas internacionales y establecer una franquicia para mejorar su imagen empresarial. Laís, su esposa, comenzó a trabajar como su asistente personal y se ocupa de su agenda mientras él hace videos de Instagram y entra y sale de las reuniones. Por ensayo y error, juntos están aprendiendo cómo convertirse en exitosos influencers digitales.

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Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

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Foto: Larissa Zaidan/VICE Brasil

"Todos me han buscado, así como ustedes. Estamos aprendiendo sobre la marcha. Se trata de experimentar”. Hasta la fecha, Franco ha esculpido un tostador, el martillo de Thor e incluso una motocicleta en el cabello de sus clientes para demostrar que sus peinados realmente pueden permanecer intactos y sobresalir. Ahora que sus cortes de cabello se han convertido en la tendencia más popular en todo São Paulo (y especialmente en las fiestas de baile de fin de semana de la ciudad), cree que es hora de presentar su estilo brasileño a públicos de todo el mundo.

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