Así es ser la única chica en un equipo de fútbol masculino
Todas las fotos son cortesía de Andrea Sánchez

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deporte e igualdad

Así es ser la única chica en un equipo de fútbol masculino

Andrea Sánchez es una de las aproximadamente cien futbolistas españolas que, a falta de equipos exclusivamente femeninos, han dado el paso y se han unido a los masculinos para formar equipos mixtos.

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En agosto de 2005, la Federación Andaluza de Fútbol (FAF) se convertía en la primera del mundo en permitir el fútbol mixto en todas sus categorías. En octubre de ese mismo año, Virginia Jiménez, Chispa, fue la primera mujer en acogerse a la medida, que le permitía jugar con el Igualeja en la categoría sénior de Segunda Regional.

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Diez temporadas después, son 108 las chicas que comparten equipo con chicos, según datos de la FAF. Tres cuartas partes de las jugadoras militan en equipos de la categoría cadete, y el número de licencias de mujeres en equipos mixtos llega hasta la segunda división andaluza juvenil.

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Andrea Sánchez, mediocentro de 17 años, es una de las dos chicas que tiene licencia para competir en un equipo de chicos en la cuarta división juvenil. Juega desde los diez años en el Isla de León, de la localidad gaditana de San Fernando.

"Cuando llegué, ya tenía claro que sería la única chica", explica Sánchez. "Al principio, a algunos niños les costaba entender que una niña les quitara el puesto. Pero en el grupo actual no tengo ningún problema, me llevo muy bien con los compañeros. Ya llevo muchos años en el club".

Sánchez asegura que, en el campo, la mayoría de rivales la tratan como tratan al resto de sus compañeros, pero ha notado que a algunos contrincantes sí que les molesta que una chica les marque. También ha escuchado algunos comentarios sexistas procedentes de las gradas.

"Lo típico: 'Mira la niña, a ver si se va a su casa a limpiar'. No les hago caso, porque si lo hiciera daría importancia a algo que no tiene ningún sentido. La mayoría de gente me respeta".

Sánchez ha formado parte de la selección femenina gaditana y de la andaluza sub-18. Asegura que se plantea jugar en un equipo femenino en el futuro: "Juego con chicos porque en Cádiz hay una liga femenina, pero creo que el nivel no es el mismo y quiero seguir mejorando".

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Rafael Jiménez, jefe de prensa de la FAF, explica que se tomó la decisión de permitir equipos mixtos en todas las categorías para que todas las mujeres que quisieran practicar el fútbol tuvieran la oportunidad de hacerlo: "En algunos pueblos había mujeres que querían jugar, pero no eran suficientes para hacer un equipo".

Jiménez recuerda que la FIFA se puso en contacto con ellos para pedirles explicaciones, pero se escudaron en el reglamento: "El ordenamiento no habla de fútbol masculino, sino de fútbol". En cambio, añade, sí que existe una categoría de fútbol femenino como tal.

Jiménez niega que el fútbol mixto pueda lastrar el desarrollo de las ligas femeninas en Andalucía y pone como ejemplo a Chispa, que la temporada siguiente a su debut con el Igualeja fichó por un club femenino.

"La medida es para chicas que quieren jugar a fútbol y no pueden", reitera. Jiménez explica que se necesitan más equipos femeninos: "A veces nos cuesta completar una selección provincial". Cuenta que la FAF promueve concentraciones en todas las provincias para fomentar que las chicas jueguen al fútbol y nazcan clubes.

Susanna Soler, profesora del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña, asegura que hay que dar un paso más: "Hay que fidelizar a las niñas que juegan a fútbol. Los clubs suelen darles los peores horarios y las peores instalaciones, y a veces entrenan con el personal menos preparado".

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Soler defiende la adopción de medidas que favorezcan el fomento del desarrollo del fútbol femenino desde los clubes y las instituciones. Pone como ejemplo la decisión de la Secretaría General del Deporte de Cataluña, que en una convocatoria de ayudas para instalar césped artificial otorgaba más puntos a aquellos clubes que tenían equipos femeninos. "En dos años hubo un importante incremento del número de equipos".

"El fútbol femenino en Andalucía aún tiene que avanzar un montón", opina Andrea. "Si en mi ciudad hubiera un equipo femenino fuerte y en el que se trabajara bien —porque niñas hay—, yo estaría ahí". Cuenta que el verano pasado el Sevilla le ofreció jugar en el equipo femenino, pero tuvo que rechazar la oferta: "Tenía que desplazarme tres días a la semana desde San Fernando hasta Sevilla en bus para entrenar y otro día para jugar el partido".

Sánchez cursa primero de Bachillerato científico, y asegura que debe tener en cuenta su futuro como estudiante: "A día de hoy, el fútbol femenino no está a la misma altura que el masculino".

Sánchez, que es titular en el Isla de León, explica que su estilo de juego se basa en la inteligencia, la calma, la constancia y en saber elegir el pase que irá mejor a sus compañeros. Andrea asegura que está a favor de que las chicas puedan jugar en equipos mixtos, y explica que muchas, a la larga, suelen pasarse a equipos femeninos.

La gran mayoría de chicos son más fuertes y me superan en la edad. Pero si juego en una liga de chicos es porque sé lo que estoy haciendo

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Andrea Sánchez, futbolista del club Isla de León andaluz

Cuando se habla de deporte mixto, sobre todo de élite, es inevitable caer en el debate de si se trata de la medida más efectiva para promocionar la igualdad o de si las diferencias físicas entre mujeres y hombres impiden que puedan competir juntos en la mayoría de deportes.

"Hoy en día sabemos que igualdad significa que las diferencias entre personas no se conviertan en desigualdades. Y eso no pasa necesariamente por hacer deporte mixto", argumenta Susanna Soler. "Algunas chicas pueden llegar a correr tanto o más que los chicos, pero no es el caso de la mayoría. Si tu eres una chica con unas condiciones físicas medias, difícilmente podrás llegar a disfrutar en el fútbol mixto".

Soler asegura, no obstante, que las mujeres pueden rendir al mismo nivel que los hombres: "Solemos asociar el rendimiento a la velocidad o la fuerza, pero eso es solo la condición física. El rendimiento son muchas más cosas. Es técnica, es táctica, es estrategia, es sistema de juego. Hay partidos de fútbol femenino en los que las mujeres llegan al máximo nivel de sus capacidades".

Soler ha sido jugadora de fútbol sala al más alto nivel y asegura que se siente muy orgullosa de su trabajo: "Lo que quiero es que se valore igual mi esfuerzo en la liga femenina que el de los que juegan en la masculina", explica. Soler también afirma que hace falta construir un relato que asocie deporte femenino a espectáculo, tal como sucede con el masculino.

"Supimos que el Barça de fútbol femenino jugaba la Champions League, pero ya no hemos vuelto a saber nada más de él", se lamenta Soler. "Los medios de comunicación informan del deporte femenino como algo puntual. Las deportistas españolas ganaron más medallas que los hombres en los Juegos Olímpicos de Londres y aún se considera que el deporte femenino no da espectáculo".

Sigue a la autora en Twitter: @martaroqueta