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un salto abismal

Así es pasar de los Harlem Globetrotters a la Copa Catalunya

¿Qué pinta Stephanie 'Ace' Douglas, una antigua jugadora de los Harlem Globetrotters, en el modesto Tarragona Fem Bàsquet, un equipo que compite en las categorías inferiores del baloncesto femenino?
Foto de Rafa Marrasé, TGN Bàsquet

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Del glamour de un equipo conocido en todo el mundo a compartir piso con dos compañeras y a alimentarse en un comedor escolar; de ver cómo se agotaban todas las entradas disponibles en giras internacionales a oír los comentarios del público en un pabellón de barrio: todo en apenas cuatro meses.

Esta es la historia de la jugadora estadounidense Stephanie 'Ace' Douglas, que ha pasado de jugar en los Harlem Globetrotters a luchar por evitar el descenso con el Tarragona Fem Bàsquet, un humilde equipo de baloncesto que compite en la modesta Copa Catalunya.

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¿Cómo ocurrió todo? Explicarlo no es sencillo, así que recurrimos a Albert del Rey, su entrenador en el equipo tarraconense: "Una de nuestras jugadoras, Analía Casado, tuvo una trombosis en un brazo y empezamos a sondear posibilidades para buscarle una sustituta".

"Un agente nos ofreció la posibilidad de contratar a Stephanie Douglas y aceptamos, aunque no es exactamente una directora de juego, que era lo que necesitábamos", prosigue Del Rey. El hecho de que el técnico conociera a Olivia Fouty, una norteamericana que ya estaba en el equipo y con la cual compartía representante, facilitó la rocambolesca operación.

For now, just call me #Ace #harlemglobetrotters pic.twitter.com/4np65H0HXQ
— Stephanie Douglas (@Yourdouggie15) 2 marzo 2015

"Cuando acabé la gira con los Harlem Globetrotters, allá por el mes de septiembre, necesitaba un equipo para seguir jugando a baloncesto. Mi agente me ofreció la opción de ir a Tarragona y, aunque no conocía muchas cosas del club y de la ciudad, no me lo pensé", corrobora la jugadora, que tuvo que 'googlear' su destino.

Tras un breve paso por la segunda división de Alemania, el viaje a Tarragona iba a ser la segunda experiencia en Europa de Douglas. Por muy friki que seas no conocerás su anterior equipo, el Amicitia Viernheim. En el vídeo, donde el nivel de sus rivales no pasará a la historia, es la jugadora con el dorsal número 3.

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"Tarragona me gusta, aunque no todo el mundo habla inglés. Es un sitio tranquilo, donde hace buen tiempo. La gente me ha tratado muy bien y ahora ya estoy más instalada", añade Stephanie, que se crio sin padre en la nada sencilla ciudad de Detroit.

Cuando el entrenador explica un ejercicio durante un entrenamiento, ella se aparta, deduce la dinámica mientras escucha la explicación del assistant coach y, pasados unos segundos, se integra al movimiento.

¿Es la estrella del equipo? No exactamente.

"Los Harlem Globetrotters venden entradas para que la gente se ría y nosotros intentamos ganar partidos. Una cosa es hacer malabares con la pelota y otra, competir", asegura su nuevo entrenador. "La transición no ha sido sencilla, y Stephanie necesitó tiempo para entender desde la dinámica de los entrenamientos hasta el estilo de juego de la categoría, pero ha mejorado su situación física y su rendimiento desde que llegó".

Foto de Rafa Marrasé, TGN Bàsquet

La jugadora combina las sesiones de entrenamiento con trabajo en un gimnasio con el que el club tiene un acuerdo de colaboración. "Soy optimista y creo que todavía puedo ayudar más al equipo", asegura Douglas. "En el baloncesto no todo se resume en anotar puntos y la clave es ayudar a ganar partidos. Tengo habilidad para botar la pelota y también puedo encestar". En el último partido, sin embargo, Stephanie apenas sumó dos puntos.

¿Qué diferencias hay entre un show en el que los rivales tropiezan solos y un partido convencional? "Una cosa es entretenimiento y la otra, una competición, pero las dos modalidades tienen en común una cosa: hay que trabajar duro para tener éxito", asegura la estadounidense. "Las cosas que hacíamos con los Harlem Globetrotters parecían sencillas, pero necesitaban de muchas horas de entrenamiento. Parece fácil, pero no lo es".

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"Stephanie Douglas es una jugadora con inquietudes especiales. Eso la apartó del basket convencional durante unos años", explica Del Rey. "Cuando estudiaba, ella prefirió dedicar sus energías a ayudar a la comunidad y a transmitir valores".

La mayoría de las jugadoras del Tarragona Fem Bàsquet tienen entre 20 y 24 años; Stephanie, en cambio, tiene ya 31. "Eso hizo que encajar en el grupo no fuera sencillo, pero su actitud es muy positiva y es muy humilde. Ella, eso es evidente, tiene unas inquietudes diferentes a las de sus compañeras. Está escribiendo un libro y tiene negocios que atender", explica su entrenador. El esfuerzo de todos los miembros del club es innegable.

"Estoy acostumbrada a ser muy muy comunicativa y aquí tengo problemas con el idioma, pero mis compañeras se esfuerzan en comprenderme y nuestro entendimiento está mejorando", asegura Douglas, que se muestra orgullosa de participar en actividades con niñas.

"Ellas son el futuro del baloncesto. Soy una de las pocas mujeres que ha tenido la oportunidad de formar parte de los Harlem Globetrotters y, si puedo ser una inspiración para alguien, estaré encantada de serlo", explica Stephanie. "Me encanta ayudar a que las niñas crezcan como personas y como jugadoras".

My favorite part about it all is bringing more smiles to the world. #smilegang pic.twitter.com/HemsF8A999
— Stephanie Douglas (@Yourdouggie15) 5 marzo 2015

"Yo no esperaba tener la oportunidad de formar parte de un equipo tan mítico, así que no hay que dejarse llevar nunca por las expectativas", asume ahora que recientemente se cumplieron los 30 años de la primera presencia femenina, la de la mítica Lynette Woodard, en un partido de los Harlem Globetrotters.

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Stephanie Douglas mola, tanto cuando tiene un balón en las manos como cuando no. Cuando era joven formó parte de la organización BELL (Building Educated Leaders for Life), surgida de la facultad de derecho de la Universidad de Harvard; allí, un grupo de estudiantes negros y latinos decidieron crear un proyecto para mejorar las oportunidades de los jóvenes con pocos recursos.

"Nuestro pabellón es pequeño, pero a veces están llenas las tres filas de asientos. Desde que Stephanie llegó, el interés de la gente es mayor. Ha salido mucho en los medios de comunicación locales y eso nos ha dado a conocer un poco más", asegura Del Rey, un entrenador muy respetado por sus rivales.

El club, que nació de la fusión del TGN Bàsquet Club y el CB Tarragona, está haciendo un esfuerzo admirable en la zona y tiene previsto consolidarse en los próximos años.

"La idea es que en un futuro el 100% de nuestras jugadoras hayan sido formadas en Tarragona", avanza el preparador. ¿Y qué pasará entonces con Stephanie Douglas? "No sé, yo quiero seguir jugando a baloncesto, en los Estados Unidos o donde sea, ya veremos qué me depara el futuro", dice la jugadora, de profundas convicciones religiosas.

"Todo lo que hago tiene que ver con Dios. Rezo antes y después de los partidos", explica Stephanie.

No sabemos si la divinidad la inspira a ella… pero sí que tenemos claro que ella inspira a quien tiene alrededor.

El autor también tiene bastante maña a la hora de inspirar a la gente, así que puedes seguirle en su Twitter: @ARAAlexGozalbo