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¿Cómo habría sido un combate entre Mike Tyson y Muhammad Ali?

A pesar de que sus carreras se desarrollaron con décadas de diferencia, Muhammad Ali y Mike Tyson aún son los dos nombres más populares de la historia del boxeo. Analizamos qué pasaría si hubiesen peleado entre ellos.

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Si pedimos a alguien que no tiene interés en los deportes de combate que nombre a dos boxeadores, es muy probable que diga Muhammad Ali y Mike Tyson. Son los dos grandes pesos pesados más fáciles de recordar —y a menudo se les pinta como polos opuestos. ¿Lo eran realmente?

Más lucha: Así era el boxeo de Mike Tyson

En el apogeo de su popularidad, Ali era probablemente la persona más famosa del planeta. Si en los años 60 hubiéramos llevado su fotografía por el mundo, es probable que los niños de muchos países lo reconocieran antes a él que al presidente de los Estados Unidos o al 'premier' de la Unión Soviética.

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Su retirada forzada del boxeo durante tres años cuando estaba en su mejor momento físico por negarse a ser reclutado por el ejército estadounidense y su apoyo a la Nación del Islam hicieron de Ali una de las figuras más polémicas de su generación. Sin duda, su personaje trascendió el mundo del deporte de una forma que ningún otro atleta había hecho jamás. Muchos recuerdan a Ali por su regreso y por su victoria psicológica contra George Foreman, que parecía imbatible… a pesar de que también es fácil recordar su final, su falta de criterio a la hora de retirarse definitivamente —y, a consecuencia de ello, la brutal paliza que recibió a manos de Larry Holmes.

La famosa foto de Neil Leifer del combate entre Muhammad Ali y George Foreman pasó a la historia.

A Mike Tyson, por su lado, se le recuerda principalmente como un villano, o más bien como una causa perdida con un potencial desaprovechado. El mejor boxeador que jamás haya existido se perdió después de la pérdida de su figura paterna. Bajo las órdenes de Cus D'Amato y Kevin Rooney, Tyson ganó el título mundial de los pesos pesados con 20 años tras al noquear a casi todo el mundo en su camino. Luego todo se vino abajo.

Condenado por violación, Tyson fue enviado a prisión y se mantuvo alejado de los rings desde junio de 1991 hasta agosto de 1995. Cuando regresó ya no era el Tyson de antes: no era más que un luchador de pies planos. Las peleas se convirtieron en dolorosas palizas, y cuando se encontró con Evander Holyfield y Lennox Lewis, los mejores en ese momento, fue machacado sin paliativos.

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Las historias de estos dos hombres dan para infinidad de relatos, sean realidad o ficción. Sería fácil convertir a Ali en un canalla que utilizó a la comunidad negra para ir contra Joe Frazier. Sería igualmente fácil mostrar a Tyson con una luz positiva. Pero la simplificación de un hombre en un dibujo lo convertirá inevitablemente en un cliché de una sola dimensión. Lo realmente atractivo de ambos era su enfoque en el juego de puñetazos: los dos eran únicos y destacaban incluso ante el más informal de los observadores.

¿Por qué no hacer un poco de periodismo-ficción? ¿Qué pasaría si hubieran combatido entre ellos? Examinemos sus respectivos estilos y juguemos con las hipótesis: ¿cómo podrían haber sido los combates entre Muhammad Ali y Mike Tyson?

Tyson: vivir y morir del golpe directo

El boxeo clásico está dirigido por el golpe directo. De hecho, los términos en inglés 'jab' y 'lead' se usan indistintamente para definir este tipo de puñetazo. Con sus 1,78 metros y siendo peso pesado, Tyson siempre iba a estar en desventaja ante un directo. Al trabajar con Cus D'Amato, que entrenó a combatientes que se volvieron expertos en evitar golpes, Tyson se preparó para prever el directo y evitarlo.

Poder prever el directo es una ventaja enorme. Si uno se espera que el rival lance un golpe así, es muy sencillo contrarrestarlo y sacar ventaja de la descolocación del oponente. A través del movimiento, con un constante movimiento de la cabeza, Tyson era capaz de prever los directos más feroces y contrarrestarlos.

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Debido a su amplio uso de ganchos y golpes ascendentes verticales en lugar de los golpes rectos tradicionales, a Tyson se le recuerda muchas veces como un 'antiluchador'. Lo cierto es que los mejores golpes de Tyson los conectaba en movimiento; él no solía atacar directamente a su oponente, sino que se aprovechaba de sus fallos para machacarle.

A Mike, sin embargo, le gustaba el cuerpo a cuerpo: cuando un oponente le golpeaba con un directo, él respondía de inmediato. Podía hacerlo con un gancho de izquierdas o con un movimiento de pies hacia la derecha y un directo demoledor —el golpe de Tyson que más potencia alcanzaba.

Los oponentes de Tyson comenzaron a procurar evitar que se les acercara, porque como más cerca estaba más potente se volvía su directo. Por otra parte, cuanto más intentaban mantenerle lejos con sus brazos, más posibilidades tenían sus rivales de que Tyson entrara al ataque aprovechándose de su desprotegida defensa.

Por mucho que Tyson fuera Tyson, no obstante, ni siquiera él podía romper los principios del boxeo. Seguía siendo un peso pesado pequeño, con lo cual encajar un directo le suponía un gran problema, con lo cual dependía mucho de su ritmo y su movimiento para sobrevivir. Las peores actuaciones de su carrera llegaron cuando Tyson estaba cansado y no podía mantener la cadencia constante en todos los 'rounds'. Si el cansancio le vencía, Tyson no podía atravesar el muro que suponían los directos de sus oponentes… y ello solía llevarle a la derrota.

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Tyson vivió de los directos de sus oponentes y murió debido a ellos. Fue su habilidad para preverlos y aprovecharlos en su favor lo que le hizo grande.

Ali: envergadura y precisión

El caso de Ali era muy distinto. Cuando empezó, Cassius Clay —que medía 1,91 metros y tenía una envergadura de 1,98 metros, 20 centímetros más que Tyson— reconoció el directo como su arma fundamental. No le importó que dejase de estar de moda; él siguió usándolo como base de su boxeo.

El directo de Ali, de hecho, merece un estudio profundo. Muhammad no era como Sonny Liston o George Foreman, que dirigían golpes genéricos hacia la cabeza de sus oponentes. No: el directo de Ali era mucho más siniestro. Su mano chasqueaba, suelta, dentro del guante; era pura potencia y atacaba directamente la cara del rival. Sin concesiones, sin vaguedades. No fue raro que adquiriera la oscura costumbre de acabar con la carrera de sus oponentes cuando esta apenas había empezado. Que se lo digan a la cara del pobre Henry Cooper.

El mejor ataque de Ali, no obstante, siempre fueron los contragolpes con la mano derecha mientras su oponente aún estaba tirando su directo. Él lo bautizó como 'puñetazo ancla' cuando se convirtió en el arma principal de su controvertida segunda pelea con Liston (que este último probable desaprovechó), aunque Ali llevaba ya años usando esa técnica. Con ella derrotó a Zara Foley; Jimmy Ellis, compañero de entrenamiento de Ali, incluso adquirió el 'puñetazo ancla' como marca personal mientras Ali estuvo fuera de los rings entre 1967 y 1970.

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Cuando Ali regresó, parecía mucho peor boxeador. No podía moverse a la velocidad de antes contra quienes daban los golpes más fuertes; los boxeadores con entrenadores de más nivel pudieron exponer las flaquezas de Muhammad al mundo entero. El cambio sufrido por Ali fue notable; empezó a engancharse a sus oponentes más a menudo para conservar su fuerza. Ali tenía breves momentos de actividad en los combates durante los cuales intentaba ganar a su oponente, pero cuando ya no podía más se enganchaba y frenaba la pelea.

Así como Tyson dispuso de recursos variados en todo momento, Ali tenía un problema grave: cuando era veloz y tenía un muy buen juego de piernas, no era capaz de engancharse a sus oponentes ni de luchar así contra ellos, con lo cual Ali se vio obligado a crecer mucho en su regreso para mantener su relevancia en el mundo del boxeo. Científicamente, Ali llegó a ser más completo precisamente por eso.

Con la distancia de los años, podríamos atrevernos a decir que su regreso en baja forma fue bueno para el boxeo. Si Muhammad hubiera vuelto al ring con la velocidad y el brillo de su juventud en vez de verse obligado cambiar, no hubiéramos podido ver como le ganaba la batalla psicológica a George Foreman ni habríamos disfrutado jamás de las mejores victorias de su carrera.

Defensa: hacia abajo y hacia los lados

Uno de los mayores vicios de Ali era seguir atacando al rival cuando este se agachaba. Su éxito, a pesar de que tener este mal hábito, provocó que no parara de hacerlo. Veamos un ejemplo: en su combate contra Archie Moore —que por cierto había sido entrenador de Ali—, Muhammad se encontró con un boxeador bastante pasado de forma. Moore dependía de su guardia cruzada poco ortodoxa y del hábito de los pesos pesados de cansarse después de unos cuantos 'rounds'; Archie solía aguantar los golpes esperando a que el rival se agotara para después contraatacar de forma demoledora. De hecho, era muy buen golpeador.

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Moore se dedicó a agacharse para esquivar, y Ali le quiso seguir golpeando abajo. Lo mismo ocurrió contra Joe Frazier. Muhammad confiaba excesivamente en su longitud y velocidad para desviar los contraataques del rival cuando este se levantaba, y eso era un riesgo. Si golpeas al rival con las manos por debajo de la cintura dejas tu torso sin defensa; contra Frazier, esta técnica dio lugar a un montón de momentos como el de la foto a continuación.

Aquí abajo, un ya envejecido Cus D'Amato demuestra el problema de forma gráfica en el anuncio de un combate entre Joe Frazier y un joven Ali. En la pelea en cuestión, los ganchos ascendentes que Muhammad lanza a D'Amato cuando este está agachado fueron multitud… y provocaron exactamente lo que el entrenador había predicho: el rival se levantaba y atacaba a un Ali con el pecho descubierto.

La razón por la que Ali podía hacer esto era en parte por su ventaja en el alcance, pero también porque tanto Frazier como Moore se inclinaban mucho para evitar golpes. Esto les iba bien la mayor parte del tiempo, pero también significaba que tenían que salir de la finta y levantarse para poder contragolpear. No se puede avanzar por el ring con la misma velocidad si se está agachado. Frazier siempre estaba en constante movimiento… excepto cuando se inclinaba para evitar golpes.

Cuando Ali caía contra las cuerdas o se cansaba y ralentizaba sus ataques, Frazier se agachaba, esperaba que Muhammad le atacara abajo y contraatacaba con su gancho de izquierda. Sobre el papel, Frazier debería estar en desventaja, pero le gustaba: su alcance desde esa posición era tremendo, y tenía la capacidad de golpear muy fuerte a Ali cuando este también intentaba agacharse.

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Contamos todo esto porque uno de los puntos realmente interesantes de la comparativa entre Tyson y Ali es que el movimiento vertical del primero no tenía nada que ver con el de Frazier —lo cual habría provocado situaciones más que interesantes.

Tyson se inclinaba hacia adelante por la cintura cuando le parecía apropiado, pero normalmente doblaba la cintura hacia un lado o se deslizaba todo él acuclillándose ligeramente. Con estos movimientos profundos, Mike podía esquivar golpes rectos y ganchos abajo y a la vez estar listo para lanzar ataques peligrosos. No son una maniobra particularmente natural; el mito dice que Tyson solía practicar moviendo el torso arriba y abajo mientras sostenía una mancuerna.

Gran parte de este movimiento de Tyson consistía en la flexión de las piernas, que acababa sorprendiendo al adversario y desplazándolo. En los clips que hay alrededor del texto queda muy claro —especialmente en este último.

Mientras Joe Frazier se solía quedar todo el rato con los antebrazos pegados a la cara para protegerse, exponiéndose mucho a los ganchos, Tyson se quedaba abajo con la espalda recta y los ojos hacia arriba, atentos a los movimientos del otro. Parecía casi que estuviera sentado en el suelo.

La punto clave es que Tyson tenía muchas más tácticas para protegerse que Frazier. Lo más importante, sin embargo, es que además Mike se iba adelantando hacia su objetivo y le ganaba terreno mientras se desplazaba por abajo; donde Frazier simplemente se protegía, Tyson preparaba golpes extraordinariamente bien pensados.

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Es cierto que Ali venció a Floyd Patterson, a quien podríamos considera una especie de proto-Tyson, pero Patterson ya había dejado atrás sus mejores días y nunca llegó a ser tan activo en sus movimientos como podría serlo Tyson. De hecho, en su segundo combate, Patterson estaba preocupado por sus dolores en la espalda, lo que plantea preguntas interesantes acerca de la longevidad potencial del estilo de D'Amato.

Ataque: boxeo cercano

A pesar de que Tyson jamás fue el luchador que llegó a ser Frazier en lo referente al boxeo cercano, Mike apreció el valor de la precisión por encima de la potencia. Cuando Ali cansó a Foreman a base de aguantarse en las cuerdas en Zaire, Muhammad pareció creer realmente que había encontrado una nueva forma de luchar todos sus combates; sin embargo, cuando intentó repetir la estrategia en su tercer combate con Joe Frazier, Ali fue víctima de una paliza considerable.

Mientras Foreman se dedicó a oscilar salvajemente y a atacar la guardia de Ali hasta perder la concentración, Frazier colocó la cabeza frente al pecho de Muhammad, allí donde Ali no podía golpearle, y empezó a atacarle con puñetazos cortos por debajo del codo. Si Ali bajaba el mencionado codo, Foreman lo rodeaba y seguía atacando al otro lado; si Ali bajaba la cabeza, Foreman le lanzaba un gancho. Hiciera lo que hiciese Ali, Foreman parecía tener respuesta para todo en un combate cercano.

Esta es la diferencia entre aguantar en las cuerdas sin más y luchar bien en el combate cercano: un buen combatiente a poca distancia intenta forzar al contrario a reajustarse constantemente y seguidamente propone algo nuevo para obligar a nuevos ajustes. Es muy difícil aguantar la situación mucho rato.

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En Tyson, la mejor arma para el combate desde cerca era el doble golpe con la mano derecha: un primer gancho hacia afuera, a las costillas o al hígado, y un segundo gancho con la misma mano de abajo arriba hacia la mandíbula. Esto le valió muchas victorias por KO a Tyson… e incluso si fallaba, la técnica le permitía forzar que el oponente se mantuviera derecho, de modo que podía seguir golpeándole al abdomen.

El mejor método de Tyson en las cuerdas era inclinarse hacia afuera hacia su lado izquierdo, en una postura típica de un zurdo. En sus mejores días, esto significaba siempre problemas para sus rivales, porque el ángulo de golpe de Mike cambiaba y le permitía conectar ganchos en el centro de la guardia del oponente como si de directos se tratara. Si le enganchaban en las cuerdas, él escapaba hacia un lado y golpeaba sin piedad. Aquí tenéis un par de ejemplos.

La gran clave del combate: el agarre

El auténtico 'factor X' del combate entre Ali y Tyson es el agarre. Ali, como Jack Johnson, usaba el agarre para separar a los hombres de los chicos: a Muhammad le encantaba 'recoger' la cabeza de los contrarios rodeándola con una mano para forzar a estos a moverse hacia adelante… y seguidamente utilizaba la otra mano para sujetar el brazo del rival por el bíceps. Si era capaz de 'atrapar' el otro brazo con el cuerpo, Ali lograba inmovilizar prácticamente del todo al oponente al mismo tiempo que le dejaba lo suficientemente libre como para que el árbitro no les separara. Era el mejor truco de Ali y él lo sabía.

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En The Fight, el novelista Norman Mailer explicó que fue a ver a Ali en un entrenamiento poco antes del combate en Zaire y descubrió que la mayoría de sus sesiones de 'sparring' consistían en llevar a jóvenes pesos pesados prometedores como Larry Holmes a las cuerdas e inmovilizarlos con la técnica antes descrita. Tratándose de Mailer, el texto está lleno de metáforas y Ali termina convirtiéndose en una especie de carnicero que seleccionaba golpes como quien elige cachos de carne, pero el relato es fascinante de todos modos.

Ali arruinó a Frazier en su segundo combate porque Frazier no fue capaz de sacar nada positivo cuando Muhammad le agarraba. Cuando para el tercer combate se eligió a un árbitro especialmente aleccionado para no permitir los agarres de Ali, la pelea se convirtió en una agotadora guerra de ida y vuelta sin descanso ni pausa.

Alto: ¿por qué estamos contando todo esto?, os preguntaréis. Pues buen, porque un Larry Holmes bastante veterano apenas duró cuatro 'rounds' contra Tyson, pero cada vez que logró agarrarle de una forma similar a lo que hacía Ali, Mike pareció completamente inofensivo. Tyson quedó bastante descontento e incluso se quejó al entrenador Kevin Rooney entre 'rounds' diciéndole que Holmes se dedicaba a agarrarlo intencionadamente.

Conclusión (más o menos)

Lo más divertido de lanzar hipótesis rollo "qué habría pasado si…" en el mundo del deporte es que nunca podrá demostrarse que tus predicciones son malas. Por si fuera poco, si alguien cree algo distinto a lo que tú piensas podrás considerarle un primo en todo momento sin que nadie pueda juzgarte. En el caso de un hipotético combate entre el Ali pre-1967 y el mejor Tyson, yo personalmente creo que Tyson ganaría; Mike, en mi opinión, llegó a ser en su mejor momento un boxeador mucho más completo que el Ali de pies ligeros, que confiaba excesivamente en sus movimientos y descuidaba demasiado su boxeo.

El combate que me gustaría ver, sin embargo, sería entre Tyson y el Ali post-1970, después de su retirada y su vuelta a los rings. Sí; yo preferiría ver a Mike enfrentándose al boxeador que una ronda aguantaba y en otra ronda atacaba, el luchador que habría llevado a Tyson a las últimas rondas, allí donde empezaba a sufrir sus problemas de respiración.

Está claro, por supuesto, que los entrenamientos previos y la estrategia durante el combate también tendrían mucho que decir en un enfrentamiento entre Ali y Tyson. Es el segundo concepto, de hecho, lo que da más gracia a un combate hipotético: imaginemos lo que imaginemos, siempre habrá alguien que podrá venir y refutarlo con un contraargumento igual de convincente que el nuestro.

Seamos realistas: de conclusión no puede haber. Lo que sí debería haber es algo que me corroe por dentro desde hace tiempo: en un combate entre Tyson o Ali y Joe Louis, ¿quién creéis que ganaría?

Sigue al autor en Twitter: @JackSlackMMA