Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:La autopista A10 que rodea Berlín es quizás la más frecuentada de toda Alemania; por ella también pasan cada fin de semana las aficiones de varios equipos de fútbol en los desplazamientos para los partidos fuera de casa.En los laterales de la calzada, bajo los puentes, en los guardarraíles, en los postes de luz, en las basuras y sobre cualquier otro elemento urbano uno puede encontrar los restos del paso de la afición en lo que podría describirse como una guerra de ultras… con pegatinas.
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Empiezo mi búsqueda por los más de 200 kilómetros de autopista orbital para intentar retratar quién ha dejado su marca y, sobre todo, qué ha dejado. ¿Cuál habrá sido la afición más original? ¿Quién habrá tapado a quién? Mi investigación puede caducar en cualquier momento, ya que las pegatinas se van acumulando una encima de otra en una guerra sin violencia que parece no tener fin.Más fútbol: Los jóvenes futbolistas de Molenbeek, el barrio estigmatizado por el terrorismo
Intersección entre la Schönefelder Kreuz y la Dreieck Havelland, dirección norte
Área de descanso en Linum
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Además de poder observar gaviotas con cadenas a lo thug life y puños de fuego, cabe mencionar que la fiebre de las pegatinas ha superado las fronteras del fútbol y ha llegado hasta equipos de hockey hielo.
El anillo oeste, dirección Spandau desde Potsdam
Áreas de servicio de Michendorf y Fichtenplan
Después de dar mil tumbos, mi conclusión es que, a pesar de los intentos de los hinchas de los equipos grandes, las carreteras alemanas están dominadas por los equipos de la tercera división: sus ultras parecen los más decididos a ganar esta colorida guerra de pegatinas.Bueno, al menos así no se pegan entre ellos. ¡Jaja! ¡Pegarse! ¡Pegarse de ahostiarse, pero también como las pegatinas! ¿Lo habéis pillao?