KO en noventa segundos: el combate que consagró la leyenda de Mike Tyson
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KO en noventa segundos: el combate que consagró la leyenda de Mike Tyson

La leyenda del boxeo Mike Tyson tardó una década en conseguir su gran objetivo: ser el campeón de los pesos pesados indiscutido. Así fue el combate en el que consagró el cinturón lineal de la categoría.

A mediados de los ochenta, la categoría de los pesos pesados estaba en la UCI. Entre 1978 —cuando Leon Sponks superó a Muhammad Ali— y 1985 hubo hasta una docena de campeones de boxeo coronados como "campeón mundial de los pesos pesados" bajo las distintas organizaciones del momento.

Michael Dokes, Mike Weaver, Greg Page, Tony Tubbs, Gerrie Coetzee, John Tate, Pinklon Thomas, Tim Witherspoon, Larry Holmes, Michael Spinks e incluso Muhammad Ali y Ken Norton lograron la corona —o, como lo veía el público, fragmentos de la misma— durante ese período.

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Seth Abraham, directivo de la cadena estadounidense HBO, estaba cansado de ver ese espectáculo difuso. Cuando Don King le preguntó lo que se necesitaría para que la HBO transmitiera su última pelea del título WBC (Consejo Mundial del Boxeo) entre Pinklon Thomas y Trevor Berbick, Abraham insistió en que King impulsara la pelea como parte de un torneo con los campeones de las tres organizaciones.

Después de muchas negociaciones, la HBO organizó un torneo de los pesos pesados para intentar unificar los títulos y darle más bombo a la disciplina.

La cosa fue de maravilla durante un tiempo. Berbick sorprendió a Thomas y se hizo con el cinturón del WBC. El boxeador emergente Mike Tyson derrotó a Alfonso Ratliff y le arrebató el título de Berbick en su siguiente pelea.

James 'Bonecrusher' Smith derrotó a Tim Whiterspoon con un nocaut en el primer asalto por el título de la WBA (Asociación Mundial del Boxeo) y después lo perdió ante Tyson en su siguiente pelea. El campeón de la IBF (Federación Internacional de Boxeo) Michael Spinks, después de haber superado a Larry Holmes por decisión dividida en su revancha, derrotó a Steffen Tangstad en cuatro asaltos.

Fue entonces cuando las cosas se complicaron un poco. Spinks y su representante Butch Lewis se retiraron del torneo para aceptar una pelea contra la gran esperanza blanca de turno, Gerry Cooney. Como los tres cinturones de campeón estaban en posesión de afroamericanos, eso significaba que quien estuviera dispuesto a ofrecerle una oportunidad a Cooney podría atraer una enorme audiencia… y un buen fajo de billetes.

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El equipo de Spinks pensó que podría sacar partido al fallo estructural en el diseño del torneo, algo que Joe Frazier ya explotó en 1968. Si tienes un cinturón puedes esperar a que acabe el torneo, optar por participar en combates más lucrativos, aguardar a que alguien recolecte todos los demás cinturones y luego que venga a por el tuyo.

Para Frazier, ese boxeador fue Jimmy Ellis, que se marcó el mejor año de su carrera en ese torneo y derrotó a los mejores pesos pesados del planeta. Frazier, que era considerado el mejor peso pesado del mundo, rechazó su invitación al torneo y simplemente retrasó la pelea contra Ellis hasta que esta se convirtió en inevitable. Seguidamente, Frazier ganó de calle.

Obviamente, la reacción a la decisión de Spinks fue muy negativa: se le amenazó con la apertura de un procedimiento legal y la IBF le arrebató el título, que puso en disputa entre Tony Tucker y Buster Douglas. Tucker ganó la pelea e inmediatamente se enfrentó a Tyson, con el que perdió por decisión unánime.

Mike Tyson junto a su promotor Don King, en una pelea de 1995. Foto de Gary Hershorn, Reuters

Pero Spinks se encontraba en la curiosa situación de que su falta de cinturón no importaba porque era el campeón lineal: trazando la línea de sucesión desde John L. Sullivan hasta la era moderna, sin importar cinturones ni organizaciones, sólo contando las victorias y derrotas, Spinks seguía siendo el verdadero campeón mundial.

Era una situación inusual, ya que el campeón lineal no tenía ningún cinturón, pero era factible en medio de la maraña política y organizativa del boxeo moderno. Para los puristas, ser campeón lineal significaba mucho y la revista The Ring nombró a Spinks como el auténtico campeón de los pesos pesados.

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Algo que se pierde en muchos relatos sobre esta historia es lo bueno que era Michael Spinks. En primer lugar, Spinks era un peso semipesado por constitución y fue uno de los boxeadores más condecorados en la historia del deporte de la categoría intermedia.

Spinks, además, defendió su título diez veces en un tiempo donde la categoría intermedia era muy amplia antes de subir de peso y pelear por el título de los pesados. Cuando subió se enfrentó a Larry Holmes, uno de los mejores pesos pesados de la historia, que en ese momento encadenaba veinte victorias.

Holmes ya estaba en el ocaso de su carrera, pero Spinks era considerablemente más pequeño que él y a un así le pudo confundir con su estilo incómodo. Reacio a lanzar la derecha, Holmes terminó con su jab bloqueado y con Spinks contestándole con ráfagas de golpes.

El estilo de Spinks era feo. Lanzaba combinaciones de golpes hacia la guardia de su oponente, esperando abrirla para conectar un buen golpe. Además, usaba el gancho de abajo arriba con la mano adelantada, algo poco común en el boxeo de aquel momento. Cuando conectaba un buen golpe y hacía trastabillar a su oponente, Spinks se ponía muy serio y de pronto acribillaba a su rival con golpes rápidos y fuertes.

Era un ejemplo magnífico de un boxeador con poder de nocaut en ambas manos y en cualquier ángulo, pero su derecha era considerada su punto fuerte y era conocida como 'la maldición de Spinks'.

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Spinks no era tan bueno a la hora de moverse por el cuadrilátero, una ventaja muy relevante cuando se sube de categoría. A menudo llevaba una rodillera y sus piernas no eran capaces de moverse demasiado deprisa, por lo que dependía mucho de su cobertura y los movimientos de cabeza para encajar los golpes.

Para muchos aficionados, Tyson fue el peso pesado con mayor talento de la historia. Imagen vía Youtube

Butch Lewis, el representante de Spinks, hizo demasiadas peticiones cuando empezó a negociar el combate contra Tyson, así que el equipo del segundo pensó que nunca llegarían a un acuerdo. La idea de una pelea en la que el ganador se lo llevaría todo —unos veinte millones de dólares— fue desechada con la ahora famosa frase de Spinks: "¿Y qué pasa si pierdo? ¿Me voy a casa triste y pobre?".

Supuestamente, fue Tyson quien insistió en que se programara la pelea cuando su equipo estaba a punto de retirarse de las negociaciones. La idea de responder a preguntas sobre si el era el campeón "de verdad" durante el resto de su carrera no debía apetecerle mucho a 'Iron' Mike.

Cuando llegó la pelea, Tyson imprimió un gran ritmo desde la campana inicial: Spinks, ahora con dos rodilleras, hizo su mejor esfuerzo para moverse por el cuadrilátero, pero aun así recibió una buena dosis de golpes.

Después de fallar al protegerse de los golpes de Tyson en un par de ocasiones, Spinks intentó atraparlo en un clinch. En un combate anterior, Larry Holmes había logrado frustrar a Tyson aplicándole un clinch al estilo de Muhammad Ali —aguantando la nuca de Tyson con una mano y su tríceps con la otra—. Spinks, sin embargo, no era ni Holmes ni Ali, y no tuvo éxito con sus agarres.

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Tyson hizo retroceder a Spinks con un upper con la mano adelantada. Tanto Tyson como Spinks eran buenos en lanzar golpes hacia la posición de guardia de sus oponentes —el problema era que Spinks era capaz de esconderse bien detrás de su guardia.

Tyson cambió de posición y encontró la barbilla de Spinks con otro upper, seguido por un gancho con la mano adelantada hacia las costillas que obligó a Spinks a poner una rodilla en el suelo.

Al volver al centro del ring, Spinks se agachó hacia su izquierda para lanzar un gancho de derecha: la respuesta estándar cuando un boxeador habilidoso sabe que su oponente está buscando darle un golpe potente es lanzar un golpe con fuerza y alejarse.

Lo que ocurrió tras ese intercambio fue tal vez el mejor golpe en la carrera de Tyson. Los boxeadores que lanzan los puños con potencia son muchos, pero la habilidad de obligar a moverse al oponente y conectar golpes lanzados en ángulos raros al mismo tiempo —y hacerlo con fuerza— es una rareza.

En un instante Tyson, reconoció la dirección que elegiría Spinks: su mano derecha ya estaba extendiéndose para conectar un upper. Spinks no esperaba recibir un golpe tan preciso y cayó frito en la lona.

Con ese golpe perfecto, Tyson había conseguido vencer. En noventa segundos había completado la última etapa de la tarea que le había costado una década y millones de dólares: reunir todos los títulos de los pesos pesados, tanto los tangibles como los 'ideológicos'. Mike se convirtió en el primer campeón indiscutido de los pesos pesados desde que el hermano mayor de Michael Spinks, Leon, lo lograra en 1978.

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Spinks se levantó, abandonó el recinto y nunca peleó de nuevo: ahora se le recuerda solo en los vídeos de mejores momentos… y entre los aficionados de Tyson, que no comprenden su importancia en el legado del mundo del boxeo.

Spinks fue uno de los mejores semipesados de la historia, de los pocos que logró una transición exitosa a los pesos pesados, y el primer boxeador que derrotó a Larry Holmes: fue el único, de hecho, en lograrlo en dos ocasiones.

La única derrota de Spinks en el cuadrilátero también puede ser considerada su éxito más grande: los trece millones de dólares que se llevó al pelear contra Mike Tyson eran el mismo dinero que había ganado con el resto de sus peleas juntas. Quizás se marchó a casa triste, pero seguro que no se fue pobre.

Tyson tumbado en el suelo el día en que Buster Douglas le arrebató el título mundial de los pesos pesados. Foto de Reuters

Para Tyson, la pelea marcó otro punto de inflexión en su carrera. Fue la última pelea en la que Kevin Rooney ejerció como entrenador del boxeador antes de que Don King le alejara de él.

La desaparición de Rooney se notó negativamente en el boxeo de Tyson: su movimiento de cabeza se volvió menos preciso y luego se desvaneció casi por completo. Mike dejó de personificar la "agresividad escurridiza" y pasó a la pura agresividad: nunca recuperó la capacidad técnica que mostró esa noche. Tres combates después, Tyson lo perdió todo a manos de Buster Douglas.

Muchos recordarán el combate contra Spinks y pensarán que fue una tarea fácil para Tyson: derrotar a un peso semipesado, al fin y al cabo, no debería ser un reto tan grande para alguien acostumbrado a lidiar con los pesos pesados más duros. No obstante, sería mucho mejor tener en cuenta los logros de Spinks, lo preciso que fue Tyson durante ese torneo y lo rápido que noqueó a su oponente.

Ese fue el cénit de la carrera de 'Iron' Mike, tal vez la última aparición del hombre a quien muchos consideran el talento más grande de la historia de los pesos pesados en el boxeo.

Sigue al autor en Twitter: @jackslackMMA