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el éxito no lo vale todo

‘Me amenazó con quitármelo todo’: el escándalo de los abusos sexuales en la élite del deporte

El acoso sexual existe en la élite de la gimnasia y la natación. Hablamos con la exnadadora olímpica Katherine Starr para denunciar estos abusos.
Imagen vía Stocksy

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Este artículo se publicó originalmente en Broadly.

Simone Biles y las Final Five —el nombre con el que se bautizó a las integrantes del equipo estadounidense de gimnasia artística— fueron reconocidas mundialmente por su actuación en los Juegos Olímpicos de Río. Hoy, la gimnasia vuelve a ser noticia por un escándalo. Según una investigación del periódico Indianapolis Star, el USA Gymnastics -órgano que regula la gimnasia en EE. UU.- habría omitido informar a las autoridades de más de 50 denuncias por abuso sexual.

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Este mes, dos gimnastas de élite han demandado a Larry Nassar, el médico del equipo estadounidense. Ambas denuncian que Nassar abusó sexualmente de ellas y que el USA Gymnastics habría hecho la vista gorda antes sus quejas.

Pero el acoso sexual no es una lacra exclusiva de la gimnasia. En 2014, una investigación concluyó que los casos de acoso y de abuso sexual también son endémicos en el mundo de la natación profesional. Solo en EE. UU. hay más de 100 entrenadores suspendidos de por vida por su implicación en escándalos sexuales con sus pupilas.

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La abundancia de casos de abuso en patinaje artístico, el tenis o el baloncesto obliga a concluir que se trata de una lacra en el deporte. Un estudio elaborado en Canadá asegura que el 21,8 por ciento de las atletas de élite habría mantenido relaciones sexuales con alguna autoridad deportiva, mientras que el 8,6 por ciento habría denunciado haber sido violadas por su entorno deportivo.

La exnadadora olímpica Katherine Starr sufrió abuso sexual durante años a manos de uno de sus entrenadores. Starr solo entendió lo que le había pasado cuando abandonó la natación de élite. "Tenía un trabajo bien pagado, pero no me podía implicar en él sin antes ajustar cuentas con mi pasado", cuenta a Broadly. Starr fundó entonces la organización humanitaria Safe4Athletes, que se encarga de apoyar a las deportistas implicadas en relaciones de abuso.

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"La gente comenta y se queja, pero no dispone de la estructura necesaria para emprender acciones legales", cuenta. "Las mujeres están perdiendo su voz y su fortaleza". Por eso, la organización ha creado políticas de bienestar deportivo e informa de estrategias para denunciar el acoso en los clubs deportivos. La idea es que se convierta en una herramienta que permita a las deportistas acceder a asistencia legal y a recursos terapéuticos.

Foto de Damir Sagolj, Reuters

Starr considera que cuanto mayor es el nivel de las deportistas y de las competiciones de élite en las que participa, más se expone a encontrarse con relaciones inadecuadas con los entrenadores. Ser la mejor implica más horas de entrenamiento y es entones cuando las relaciones se hacen más intensas.

"Cuanto más implicada estás en tu deporte, más profunda es la naturaleza del acoso", explica. "Para muchos y muchas atletas la relación con el entrenador supone la primera relación que estableces con un adulto más allá de tus padres. Y eso genera conexiones más profundas, especialmente si hay abuso o acoso".

Los deportes competitivos alientan a los atletas a llevar al límite sus habilidades, advierte Starr, de manera que a menudo sucede que se acepta el abuso —ya sea físico o sexual— como un desafío más a soportar.

Cuando los límites se rebasan en ambientes así, es cuando la vulnerabilidad del deportista sale a relucir

Las profesoras Celia Brackenridge y Sandra Kirby advierten en un informe sociológico que los jóvenes que están cerca de alcanzar el éxito son, a menudo, más vulnerables. "Cuanto mayor es lo que se juegan en términos deportivos, más vulnerables son".

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Las atletas que se encuentran en la fase del "estadio de consecución inminente", tienen su vista puesta en conseguir becas, patrocinios y la esperanza de alcanzar la gloria olímpica. Y es muy probable que teman perder esas posibilidades si denuncian a un entrenador, o si rompen con una relación abusiva que, sin embargo, genera buenos resultados deportivos.

"La gimnasia era mi mundo", asegura una de las presuntas víctimas de abuso sexual durante su infancia. "Me amenazó con quitármelo todo. Y me dijo que mis compañeras también lo perderían todo. Todo sería mi culpa. Me llegó a amenazar con quitarse la vida si no me convertía en su novia… Y llegados a este extremo, no volví a oponer resistencia".

Foto de Sergio Moraes, Reuters

El desequilibrio de poder entre el entrenador y la deportista se da a lo largo de todos los años que dura el vínculo. A los entrenadores se les sigue viendo como los "tutores" del éxito académico, financiero y/o profesional de sus atletas, lo cual siempre siembra la duda sobre el consentimiento de las relaciones sexuales.

No solo eso. Normalmente son mujeres que terminan metidas en relaciones de pareja igualmente abusivas. "Si vienes de haber tenido a un entrenador acosador, eso es lo que entiendes de lo que es una pareja", cuenta Starr. "Porque así es cómo te has formado como persona. De manera que escapas de una relación de abuso y luego terminas metida en relaciones tóxicas. Es como volver a lesionarte otra vez, como hacerte daño nuevamente".

A pesar de la abundancia de noticias sobre el acoso padecido por deportistas, Starr considera que la concienciación sobre la existencia del abuso sexual en los deportes ha mejorado aunque todavía hay mucho por hacer.

"El deporte es excelente", asegura. "Es un camino excelente. Solo que cuando los límites se rebasan en ambientes así, es cuando la vulnerabilidad del deportista sale a relucir. No creo que sea un problema que se vaya a erradicar nunca".