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la discapacidad no es un defecto

Una charla con Juanje Trujillo, el rey manco del BMX

Para este rider malagueño, tener solo un brazo no ha sido un problema para perseguir sus sueños sobre ruedas. La discapacidad, asegura, no es un defecto.
Fotografía de Yoni Cadenas

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Desde los tres años no ha parado de montar en bici, y la suya es otra vida cualquiera, como él mismo defiende. Juanje Trujillo es un malagueño de veinte años que sueña con convertirse en profesional del BMX, a pesar de que le falta "un cacho de brazo".

Si viajas por su tierra, lo más normal será que te lo encuentres dándolo todo en los skateparks de la zona. Coincidí con él hace unos meses en el Extreme Barcelona, y cuando le vi compitiendo junto al resto de riders en uno de los principales eventos del año, flipé bastante. Juanje es manco, es decir, lo que nuestra sociedad definiría como un discapacitado, pero él se rebela ante esta percepción.

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"Yo nunca me he visto distinto a los demás, siempre me ha faltado un cacho de brazo, pero todo lo que hacían los demás lo he podido hacer yo. Nunca he visto lo mío como una discapacidad, soy alguien normal", asegura Juanje a VICE Sports.

Juanje durante una sesión de fotos con uno de sus patrocinadores. Foto de Yoni Cadenas, Fisure BMX

Una malformación de nacimiento, que le dejó sin mano y antebrazo izquierdo, jamás le ha frenado en su camino. De momento ya ha conseguido mucho, y es que su historia ha dado la vuelta al mundo y ha inspirado a otros chavales a vivir sin barreras de ningún tipo."Lo que más mola es poder ayudar a otras personas", comenta Juanje, un caso único dentro del colectivo del BMX tanto en España como en el resto del mundo.

"Un tipo de Estados Unidos le ha fabricado un manillar igual que el mío, pero para motocross, a su hijo de ocho años después de conocer mi historia; un británico al que también le falta parte del brazo y ahora hace BMX contactó conmigo para preguntarme sobre la adaptación del manillar y otras cosillas".

El manillar de Juanje, que convierte su montura en un objeto único en el mundo, es la segunda cosa que choca al verle por primera vez. Por la parte izquierda, donde tiene el muñón, el metal se extiende casi el doble de alto que por la parte derecha hasta que alcanza el puño de la bici. La idea resultó de un encuentro azaroso en el skatepark de Fuengirola, una casualidad que sin embargo le cambió la vida al rider andaluz.

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A Juanje le encanta competir, pero deja muy claro que le encanta competir contra gente "con dos brazos". Foto de Yoni Cadenas

"Llevaba dos o tres meses montando. Yo sabía quién era Rubén Alcántara [leyenda del BMX en España] por los vídeos y tal, pero en persona no sabía distinguirlo, vaya. El tío se me acercó y me comentó que iba con la cabeza muy pegada al manillar y demasiado encorvado, '¿qué te parece si ampliamos la parte izquierda del manillar? Podrás agarrarte mejor y estar con los hombros rectos, como todo el mundo'", recuerda Trujillo. "Tenía la espalda hecha polvo y un dolor muy fuerte en los hombros, ¡y qué diferencia! A las dos semanas lo tenía listo y, desde entonces, montar es como si nada".

Gracias a este bonito gesto, y la modificación casera realizada por el propio Alcántara, Juanje empezó a desarrollar su talento sobre la bici y pronto empezó a dejar sin palabras a sus compañeros de sesiones en los parks de Málaga. Yoni Cadenas, un amigo y fotógrafo del mundillo, le propuso grabar un vídeo con sus mejores trucos. El resultado fue un edit que, desde su publicación en 2014, han visto más de 60 000 personas.

"La verdad es que no me lo creía", comenta sobre la repercusión del vídeo. A día de hoy, todavía le paran por la calle cuando le ven en acción por primera vez. "La gente flipa un poco, me preguntan cómo soy capaz de hacer esto, que ellos no podrían, pero siempre respondo lo mismo: cuando esto te toca de nacimiento, te acostumbras. No tiene ni más ni menos valor que el resto, es lo que toca y tiras para adelante".

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El vídeo llegó a publicarse en medios especializados en deportes extremos de Estados Unidos, y poco después Juanje empezó a recibir llamadas de marcas interesadas en patrocinarle. Aunque no le da para vivir, de momento puede costearse el material, los recambios de la bici y la ropa que le envían los sponsors. Vaya, algo es algo, aunque él sabe que lo tiene muy complicado. "Mi sueño sigue siendo poder vivir del BMX. El problema es que en España es muy difícil, pero seguiré dedicándome a esto hasta que pueda y, si veo que no me va a dar de comer, me buscaré un curro por allí".

Su familia le apoya, aunque de pequeño sus padres intentaban sobreprotegerle por su problema. Él, sin embargo, dice que pasaba de todo, como cuando le regalaban zapatillas de velcro y no se las ponía porque quería unas con cordones. "A la parte femenina de mi familia le daba más miedo lo del BMX, 'no hagas esas cosas que te vas a caer y te vas a hacer daño', decían; mi padre, mi primo y mi abuelo siempre me han dicho 'haz lo que quieras, si te caes te levantas y ya está'". Ahora ya nadie duda de que él no tiene ningún problema, y mucho menos una discapacidad.

A pesar de que la familia no tenía claro su futuro con la bici, fue el padre de Juanje quien le regaló su primera BMX con 10 años. Foto de Yoni Cadenas

"Yo no me veo con un defecto, puedo hacer los mismos trucos que el resto. A lo mejor me cuesta un poco más porque no puedo tirar tanto, pero lo puedo hacer. A mi me gusta competir con gente con dos brazos", afirma cuando le hablamos de los campeonatos y el resto de la escena, donde no hay nadie como él. "Competir es lo más grande, me gusta porque puedo viajar, conocer a gente y conocerme a mí mismo en el proceso".

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Ser manco, de hecho, hasta tiene alguna ventaja en según que trucos: "En el no hand [saltar y soltar las manos de la bici], por ejemplo, el hueco entre la mano izquierda y el manillar es más chico, así que más fácil volver a agarrarlo luego". La discapacidades también capacitan, es cuestión de actitud y de no escuchar a quienes intentan pisarte. "En el instituto no me gustaba estudiar mucho, y decían que no llegaría a ser nadie, que sería un tirado. La gente que se metía conmigo en su momento ahora está que no veas conmigo".

Juanje es manco, vale, pero tiene claro que serlo no significa nada especial. "Nunca debes decaer por las cosas que te pasan. Si tienes un defecto, no lo consideres un defecto, porque eres igual que los demás y solo debes echarle fuerza y ganas a la vida", sentencia.

Él va a su bola, como otro veinteañero más, uno al que le gusta ponerse los cascos, darle al play y evadirse del universo mientras monta en su BMX única y escucha hip-hop anglosajón. El tío, la verdad, es que lo peta.

Sigue al autor en Twitter: @GuilleAlvarez41

P.D. Si quieres conocer más detalles de la historia de Juanje, te recomiendo que le eches un vistazo al documental Raise the Bar, a true story of motivation, dirigido por Alberto Moya.

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