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Sneakerhead

El concurso de mates que provocó la guerra de las zapatillas

Una genialidad de Dee Brown en 1991 puso a las Reebok Pump a competir al nivel de las Air Jordan en el mercado de las zapatillas deportivas.

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Dee Brown no tenía ni idea de lo que acababa de pasar. Sabía que había ganado el Slam Dunk Contest en 1991, sí, pero fue el mismísimo Michael Jordan quien le tuvo que aclarar las cosas en una fiesta posterior al evento. "Acabas de empezar la guerra de las zapatillas. Ahora, por mucho que quiera aplastarte dentro de la cancha, también debo aplastarte fuera de ella", le soltó Mike.

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Brown había calzado, para el evento estelar del sábado de concursos, unas Reebok Pump. Antes de cada mate, además, tuvo la genial ideal de pumpear (bombear) sus revolucionarias zapas. Las Pump eran la gran apuesta de Reebok para competir con Nike, y tenían un mecanismo de bombeo de aire en forma de pelota en la lengüeta.

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Cada que se pulsaba esa pelota se inyectaba una bocanada de aire que acolchaba la suela y la parte del empeine de la zapatilla. Eran los primeros esfuerzos de la industria del calzado para dotar de cámara de aire a la suela de las bambas, una innovación que revolucionaría el mercado en el futuro.

Cuando Dee Brown pumpeó sus zapatillas y, acto seguido, consiguió un mate con los ojos tapados para ganar el concurso, posicionó automáticamente a las Reebok Pump a la altura de las Air Jordan de Nike, el único calzado que despertaba pasiones entre las audiencias jóvenes. "Cuando lo hice, realmente no pensé en lo que estaba haciendo. Reebok no me pidió que lo hiciera, fue cosa mía. No pensé que fuera a desatar la guerra entre las marcas de zapatillas en su momento, y que la gente empezara a identificar a los jugadores por su calzado. Obviamente, Jordan ya era Jordan", explicó Brown a SoleCollector.

Las Reebok Pump habían salido al mercado en 1989 e incluso Dominique Wilkins, otra leyenda de los mates, fue el primer jugador en promocionarlas y en protagonizar un anuncio de las mismas.

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Sin embargo, el gesto de Dee Brown fue el golpe de gracia que acabó de impulsar las Pump. Y es que de pronto, las audiencias jóvenes en la edad de oro de la NBA, encontraban un calzado que contaba con una herramienta que te hacía volar. Eran los tiempos en que las secciones de avisos clasificados de las revistas y periódicos deportivos anunciaban inventos "científicos" que te hacían saltar más; de programas de entrenamiento que fortalecían tus piernas para potenciar tu elevación.

Cualquier joven que siguiera la NBA quería saltar cada vez más alto, volar.

Evidentemente, cuando salieron unas zapatillas que incluían un mecanismo que, al accionarse, hacía volar al que portara el calzado, fue un auténtico éxito de masas. Bastaba con accionar repetidamente la pelotita de la lengüeta para volar. Dee Brown se convirtió, de la noche a la mañana, en el mejor embajador de esa revolución: un jugador de apenas 1,85 metros que se había catapultado de la forma más inverosímil hacia el aro, y que además se había llevado el concurso más prestigioso del fin de semana de las estrellas.

Une vez que Dee Brown posicionó las Pump, Reebok estaba lista para dar otro paso más agresivo, y lo hizo en 1992, firmando a su primer buque insignia. Se trataba de un novato que acababa de llegar a la NBA y que prometía revolucionar la liga: Shaquille O'Neal.

Reebok, entonces, diseñó uno de sus mejores modelos Pump hasta la fecha, basado en los colores del los Orlando Magic, el equipo al que Shaq aterrizó desde el draft. Ese diseño ha envejecido con mucha dignidad y, hasta la fecha, sigue siendo uno de los modelos Pump más buscados en el mercado de viejas joyas de los sneakerheads, el Shaq Attaq.