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Mierdas de toro y velociraptores: los equipos de la NBA no se merecen su nombre (II)

¿Sabías que hay un equipo de la NBA que lleva el nombre de un tipo de coche, o que el mejor jugador de la historia jugó para un equipo que nació de una palabrota? Aquí te respondemos todas tus dudas.
Imagen vía WikiMedia Commons

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Si eres un habitual por estos lares, en primer lugar queremos agradecerte tu fidelidad; si leíste la primera entrega de la serie, ya sabrás de qué va esto. Si no, te hacemos un resumen picadito: vamos a hablar de los nombres de los equipos de baloncesto en la mejor liga del mundo —la NBA— y a descubrir por qué en ocasiones son tan absurdos.

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Hay de todo: nombres acertados, aberraciones impensables y apodos que ni quedan bien ni tienen una pizca de gracia. Después de presentaros a los equipos de la Conferencia Oeste, hoy nos toca dar un paseo por las denominaciones de la Costa Este estadounidense.

Más baloncesto: Osos, lagos y petardos en la Conferencia Oeste

Comenzamos por la división del Atlántico y una de las franquicias con más historia de la NBA: los Celtics. El equipo de Boston nació en 1946 coincidiendo con el inicio de la ABA, la liga que fue el germen de la actual NBA.

El empresario Walter Brown fue quien estuvo al frente de la franquicia y por suerte eligió Celtics —célticos en inglés— por delante de otras propuestas como Whirlwinds (remolinos), Olympians (olímpicos) y Unicorns (sin comentarios). Imaginad que el equipo más laureado de la NBA se hubiera llamado Los Unicornios de Boston. Beeej.

El nombre de Celtics se eligió por dos motivos: por un lado, fue un guiño al antiguo equipo de baloncesto de los Original Celtics de Nueva York, que existieron entre 1914-1939; por el otro, se intentó homenajear así a la comunidad irlandesa de Boston, que por aquel entonces era bastante numerosa.

Quizá el nombre no sea nada del otro mundo, pero el detalle del trébol en la camiseta es de lo más molón dentro de la NBA. Foto de Keith Allison, Flickr.

La propuesta de llamar "Boston Guinness" al equipo, que hoy parece maravillosa, hubiese sido tentar a la suerte cuando hacía poco más de una década que se había puesto fin a la ley seca en los Estados Unidos. Qué lástima.

Sin cambiar de división nos encontramos con otra de las franquicias más famosas de la liga: los New York Knicks. En 1946, los directivos decidieron elegir el nombre por sorteo, poniendo varias papeletas con propuestas en un sombrero. Knickerbockers —una calamidad que significa 'pantalones bombachos'— resultó el nombre ganador.

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El término está relacionado con los colonos holandeses que llegaron a América en el siglo XVII y sus característicos pantalones doblados justo por debajo de las rodillas. El directivo que puso eso debería haber ido a la horca por poner tal tontería dentro del sombrero. Posteriormente el nombre se acortaría a Knicks porque quedaba más cool y tal.

A pesar de la aleatoriedad del nombre, la paleta de colores de los Knicks, basada en la bandera de la ciudad de Nueva York, es una de las que mejor luce en la NBA. Bueno, y también los peinados de jugadores como Iman Shumpert. Imagen vía WikiMedia Commons

Los 76ers —popularmente conocidos como Sixers… o alternativamente, como el equipo más lamentable de la liga— tienen su centro de operaciones en Filadelfia, aunque sus inicios se remontan a Siracusa, cuando competían como los Syracuse Nationals. Los patriotas, sin duda, no pasan de moda en Estados Unidos.

En 1963, después del traslado a su sede actual, el equipo celebró un concurso para cambiar de nombre; entre las más de 500 propuestas ganó el homenaje a la Declaración de Independencia de 1776.

"Es un homenaje a los hombres valientes que fundaron la independencia de esta nación", aseguró en su día Walt Stalberg, un estadounidense cualquiera que cumplió con su función patriótica de dar nombre al que lleva años siendo el peor equipo de la NBA.

Por lo menos, para compensar el desastre actual, contaron con los mejores años del magnífico Allen Iverson.

En Brooklyn juegan los Nets, que hace pocos años se mudaron desde Nueva Jersey. Para explicar el origen de esta franquicia nos tenemos que remontar a 1967, cuando competían en la ABA como los New Jersey Americans y decidieron trasladarse a Nueva York. Buscaban un nombre corto y fácil de recordar, similar al que tenían otros equipos de la ciudad como los Jets de la NFL y los Mets de la MLB.

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En el baloncesto hay pocas cosas más representativas que las redes —en inglés, nets— que hacen ese magnífico y suave sonido cuando el balón entra limpio en el aro. Ahora en Brooklyn siguen compitiendo como los Nets, aunque han actualizado su imagen de la mano del rapero Jay-Z, uno de los dueños de la franquicia. Si algo funciona bien mejor no tocarlo… ¿no?

Uniforme austero pero que da la talla: así son los Nets en el siglo XXI. Imagen vía Wikimedia.

Una de las franquicias con menos bagaje deportivo en la NBA son los Raptors. La NBA recibió varias peticiones para crear una franquicia en Toronto en 1993, así que se organizó un concurso por todo Canadá para elegir un nombre. Hubo más de 2.000 sugerencias: Beavers (castores), Dragons (dragones), Grizzlies (osos pardos), Hogs (cerdos), Scorpions (escorpiones) y un sinfín de criaturas más.

No, no fue causalidad que la propuesta ganadora fueran los Raptors coincidiendo con el éxito cinematográfico de Jurassic Park. Si lo crearan ahora seguro que ganarían los Dragons, inspirados en el éxito de la serie Juego de Tronos. El lema "We the North" —'nosotros, el norte'— ha ganado tracción al mismo tiempo que las aventuras de Jon Snow, los Stark, Daenerys Targaryen y compañía.

Otra cosa es que hayan estado nunca cerca del anillo, pero bueno, eso es un rollo distinto.

En la división central encontramos a franquicias como los Detroit Pistons y los Cleveland Cavaliers, ambas muy protagonistas en el baloncesto del siglo XXI.

En el caso concreto de los Cavaliers (caballeros), el periódico Cleveland Plain Dealer celebró un concurso en 1970 para dar con el nombre de la nueva franquicia. Jerry Tomko, ganador del concurso, escribió que el nombre de los Cavaliers —generalmente abreviado como Cavs— "representa a un grupo de hombres con coraje, con un pacto de vida para nunca rendirse sin importar cual fuera el resultado".

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Vale, nunca se han rendido, pero hasta que no apareció un tal LeBron James no habían pisado nunca una final de la NBA. Además, cuando el '23' vio que no ganaba se rindió ante la evidencia y se fue a los Miami Heat para conseguir su primer anillo.

Los caballeros de LeBron aún persiguen su primer anillo de la NBA. Foto de Keith Allison, Flickr

Por su parte, los Pistons (pistones) empezaron a competir en Fort Wayne bajo el nombre de Zollner Pistons en alusión a la fábrica de pistones de la ciudad que poseía el propietario de la franquicia, Fred Zollner. Como vemos, a ególatra no le ganaba nadie al bueno de Fred. En 1957 el equipo se mudó a Detroit, la ciudad del automóvil por antonomasia, y por suerte abandonó el apellido de su propietario. El departamento de marketing se lo agradece seguro.

Los Bulls (toros) son sin duda el equipo más famoso de la división central. Dick Klein, el primer dueño del club, eligió el nombre para su equipo en 1966. "Chicago era la capital mundial de la carne", reconoció el propio Klein. "Al principio buscábamos un nombre como Matadors o Toreadors, pero ningún equipo de tres sílabas, salvo los Canadiens, tenían éxito".

"Estaba con mi mujer y mis hijos viendo los posibles nombres cuando mi hijo Mark me dijo, 'Papá, eso es un pedazo de mierda' —bullshit en el uso inglés de la palabra—", añadió Klein. "Y me dije: 'Eso es, les llamaremos los Bulls'".

Dios bendiga al muchacho que propició que su padre pusiese un poco de cordura en la elección del nombre. El equipo de Jordan nació, en su traducción más literal, de una 'caca de toro'. ¿No es glorioso?

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Quién diría que el mejor jugador de todos los tiempos vestiría una camiseta inspirada en una 'mierda de toro'. Foto de Jason H. Smith, Flickr

Las dos últimas franquicias de la división central que nos quedan por repasar son los Indiana Pacers y los Milwaukee Bucks. Los Pacers —coches de seguridad— ingresaron en la NBA en 1976. ¿Qué es lo más característico de Indiana? Sí, exacto: las 500 millas de Indianápolis. El término 'pacer' se refiere al coche de la organización, similar al safety car de la Fórmula 1, que se encarga de lanzar la carrera. Tan seguro como el tiro de tres de Reggie Miller.

En el caso de la franquicia de Milwaukee, en 1968 recibieron cerca de 14.000 propuestas de las que solo dos fueron finalistas: Bucks (ciervos) y Skunks (mofetas). Afortunadamente para nuestras narices, los Bucks fue la opción ganadora en clara referencia al elevado índice de ciervos cornudosen la zona.

Project – Redesign the logo and uniform system for the NBA's Milwaukee Bucks. http://t.co/GlR6llrY4l @dandcnewyork pic.twitter.com/4vYAsgWMNk
— Daman Beatty (@Beatler) May 30, 2015

Por último, en la división del sudeste, podemos encontrar a los Miami Heat, los Washington Wizards, los Orlando Magic, los Atlanta Hawks y los Charlotte Hornets.

En el caso de los Hawks (halcones), para explicar su peculiar nombre tenemos que volver a 1946, cuando la NBA concedió tres licencias a varias ciudades ubicadas a la orilla del Misisipí: Moline, Rock Island y Davenport. En 1831, aquella zona había sido testigo de la llamada Guerra del Halcón Negro, en la que participó la tribu Sauk. Como los indios compartían enemigo con los británicos, decidieron unirse a estos y atizar a las tropas del ejército de Estados Unidos.

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En claro homenaje a los camaradas indios del siglo pasado, el equipo recibió el nombre Tri-Cities Blackhawks. En 1951, la franquicia se mudó a Milwaukee, donde el nombre se acortó a Hawks hasta que finalmente en 1968 se trasladaron a su sede actual en la ciudad de Atlanta.

Spud Webb v Manute Bol. pic.twitter.com/QAwYi0nuk1
— jonceltic (@jongdurban) March 11, 2016

En Orlando encontramos a la franquicia de los Magic (magia). Este equipo es más jovencito que los anteriores casos que hemos citado, puesto que empezaron a competir en 1989. Un par de años antes, el propietario Pat Williams había abierto un concurso público para elegir el nombre de su franquicia: de entre más de 4.200 propuestas, solo cuatro opciones fueron las finalistas: Heat (calor), Juice (zumo), Tropics (trópicos) y Magic.

Orlando Juice hubiese sido maravilloso. La hija del dueño del equipo, no obstante, evitó el descalabro de convertir a los jugadores de la franquicia en zumitos o trópicos y persuadió a su papá para que la opción ganadora fuese Magic tras una de sus frecuentes visitas a Disney World.

Si en Orlando descartaron rápidamente Heat como nombre para su franquicia, en Miami volvieron a poner esa opción encima de la mesa. Querían algo que se identificara con la ciudad: se barajaron nombres como Sharks (tiburones), Palm Trees (palmeras), Beaches (playas) o Barracudas (!), pero finalmente se acabó imponiendo la cordura entre el personal y ganó Heat que, como dijo uno de los copropietarios del equipo, "es lo que te viene a la mente cuando piensas en Miami".

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Julio Iglesias se sentía tan identificado con el nombre de los Miami Heat que hasta decidió comprar un buen puñado de acciones y convertirse en propietario. Y lo sabes.

Julio Iglesias owns 2% of the Miami Heat. "At the beginning I had 7%, although Ted Arison wanted me to have 25-30%" pic.twitter.com/H34Oa7L9CU
— Drū (@dru_star) January 28, 2016

En Washington D.C. compiten los Wizards (magos), franquicia que ha pasado con más pena que gloria por la NBA desde que en 1996 decidieron ponerse el nombre actual. Su único campeonato de la NBA se remonta a 1978, cuando se hacían llamar los Washington Bullets (balas) en homenaje a la importante industria armamentística de la zona.

Y para finalizar, los Charlotte Hornets son otra de esas franquicias que vieron la luz a finales de la década de los ochenta. Inicialmente el equipo se iba a llamar los Charlotte Spirit, pero a los aficionados les pareció una absoluta bazofia… así que se hizo un concurso público para decidir el nuevo nombre.

ICYMI last night: The 2017 All-Star logo was revealed. It's very Hornets https://t.co/dtuHHHBau0 pic.twitter.com/WxHsKmzHWT
— At The Hive (@At_The_Hive) February 15, 2016

Ganó Hornets (avispas) y empezaron a competir en la NBA en 1988. El origen del nombre se remonta a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos de América, cuando un general del ejército británico que luchaba en el Estado de Carolina del Norte informó al rey de que aquello era "como luchar en un nido de avispas".

A comienzos del siglo XXI a los propietarios de la franquicia se les ocurrió la fatal idea de competir con el nombre de Bobcats (linces), pero hace un par de años regresaron a sus orígenes después de acumular resultados lamentables durante años. Rectificar es de sabios… y de linces.

Sigue al autor en Twitter: @Bricepinkfloyd