Joshua Paul asiste a los Grandes Premios de Fórmula 1 con una Graflex 4x5 de 1913. Aunque también utiliza cámaras digitales modernas, el fotógrafo estadounidense ha decidido darle un toque distinto a la estética de la máxima categoría del automovilismo a nivel mundial.Captar con una cámara moderna a un monoplaza que corre a más de 300 kilómetros por hora es, en sí mismo, un desafío técnico. Hacerlo con una cámara de comienzos del siglo XX, diseñada para capturar objetivos estáticos, lo es aun más.Pero más allá de la nitidez, Joshua Paul ha apostado por la nostalgia. A través de sus imágenes granuladas, nebulosas y parcialmente desenfocadas, ha logrado darle a la Fórmula 1 un aire fantasmagórico que también reflejaban las imágenes de los primeros atrevidos que comenzaron a subirse a un automóvil para correr a máxima velocidad. Las imágenes de Paul nos devuelven a los tiempos de Henry Ford y al nacimiento de Daytona o Le Mans, al menos en la estética.
Publicidad