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La caída del ídolo: así perdió Conor McGregor frente a Nate Diaz

La derrota de Conor McGregor frente a Nate Diaz se ha atribuido al mal entrenamiento, al exceso de confianza e incluso a una conspiración paranoica. Aquí preferimos analizar cómo el boxeo de Diaz logró imponerse netamente.
Photo by Jeff Bottari/Zuffa LLC​

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¡Ha vuelto a ocurrir! Una estrella del UFC perdió, así que es momento de decidir si estás entre los que dicen "¿Lo veis? Era malo desde el principio" o entre los que afirman: "Dio la pelea por perdida".

Supongo que esta semana habrás visto cantidad de contenidos sobre el combate. Todo el Universo, desde José Aldo a Justin Bieber, tiene una opinión al respecto. Supongo que esto deja mi artículo en una posición de cierta desventaja, pero aún así intentaré ofrecer el mejor análisis que pueda sin decir que el estilo de alguien es "basura" o recurrir a conspiraciones absurdas.

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Conor McGregor salió agresivo y presionó a Nate Diaz contra la jaula: desde el principio dejó claro que aplicaría las tácticas que le han dado tanto éxito en peso pluma. Fue impresionante ver al irlandés teniendo tanta presencia contra un oponente que está acostumbrado a pelear contra pesos ligeros e incluso pesos wélter. También vimos a Diaz entregando un poco de distancia y teniendo paciencia.

Una de las grandes preguntas era si McGregor iría a por la pierna adelantada de Diaz, ya que el californiano es un peleador que no usa patadas bajas. McGregor utilizó su patada frontal, lo cual representaba una ventaja frente a otro zurdo: al fin y al cabo, no es tan común que se enfrenten dos luchadores con esta característica.

A medida que avanzaba la pelea, McGregor dejó claro a Díaz que corría peligro si siempre dejaba la pierna girada hacia adentro. Su patada lateral a la rodilla es bastante horrible a cámara lenta, pero demuestra que Conor vino con los deberes hechos en lo referente a scouting del rival.

McGregor se olvidó de la mayor estatura y envergadura de su rival —lo cual generalmente otorga una ventaja decisiva gracias al aumento de alcance de brazos y piernas— y se dedicó a atacar. En todo momento intentó conectar contras con la mano izquierda. Al principio tuvo cierto éxito: Diaz soltaba el directo, Conor lo esquivaba y seguidamente le lanzaba la izquierda por encima.

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Diaz, por su lado, buscaba lanzar ganchos con la mano retrasada, muchas veces empezando a golpear con la izquierda para conseguirlo. En su combate contra Michael Johnson, el californiano mostró hasta qué punto ese gesto le ayuda a construir sus movimientos de contraataque.

Hubo una situación que definió muy bien el peligro que corría Diaz con estos gestos. El estadounidense recibió un fuerte golpe cuando McGregor, tras esquivar la izquierda que le había lanzado su oponente, lanzó la suya propia justo cuando Diaz se adelantaba.

Fue una contra 'simultánea', por decirlo de algún modo, dado que ambos luchadores recibieron golpes en la misma acción; en general se trata de un choque que provoca mucho daño, dado que ambas partes agregan fuerza a la vez.

McGregor también intentó conectar ganchos de abajo arriba al mentón de Diaz mientras este se agachaba. El irlandés lo consiguió en un par de ocasiones durante el primer round, pero posteriormente no fue capaz de conectar más veces este golpe.

A medida que el combate progresaba se fue haciendo evidente que Nate Diaz tenía más capacidad de boxear con ambas manos que McGregor. En este choque descubrimos que tal vez el irlandés dependía excesivamente de la ventaja de ser zurdo y confiaba demasiado en su directo con la izquierda.

Durante la pelea, Conor tiró pocos golpes significativos con la derecha y abusó de las fintas; la mitad de los directos que intentó con su mano débil no eran más que movimientos de soporte para lanzar después golpes con la izquierda.

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Diaz no solo tenía más alcance que McGregor gracias a su mayor envergadura, sino que además tenía las herramientas para aprovecharse de ello; McGregor, en cambio, solía quedarse corto. El centro de todo esto, como decíamos, es que Conor en realidad solo usa una mano para boxear. Ahí es donde debe concentrarse para mejorar.

Los movimientos de Diaz empezaron a causar daños cuando el estadounidense comprendió totalmente la ventaja de la que disponía. Para conectar con la izquierda y evitar los directos largos y precisos de su rival, McGregor se agachaba, se movía y esquivaba; mantener este ritmo terminó agotándole. Diaz, por su lado, se aprovechó de ello con fintas, ataques constantes y gestos de protección.

Si combinamos esa circunstancia con el hecho de que McGregor constantemente recibía golpes antes de poder conectar con su rival, tendremos una buena idea de por qué el irlandés sufrió tanto.

Algunos de los fans más irreductibles de Conor dirán que el luchador de Dublín se cansó por la falta de adaptación al nuevo peso, como si ello significara que durante la preparación del combate McGregor se hubiera dedicado únicamente a subir de peso sin hacer ningún trabajo cardiovascular.

Sin embargo, aquellos que hayan seguido a Diaz —y a su hermano Nick— sabrán que agotar al rival con este tipo de estrategia es típico en su forma de luchar. Ambos luchadores entienden perfectamente que los rivales se agotan mucho más deprisa si reciben golpes a medio ataque… e intentan usar este recurso lo máximo posible.

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Otra cuestión destacada es la efectividad de Diaz a la hora de protegerse. El estadounidense nunca se quedaba quieto frente a McGregor; se adelantaba, atacaba y luego se apartaba del alcance de Conor. En ningún momento permitió que el irlandés le convirtiera en su saco de boxeo particular.

También fue fácil para Diaz atrapar a McGregor en las dos ocasiones que quiso. La primera oportunidad llegó en los primeros segundos. Ahí hay una gran lección para Conor: que Diaz te acorrale con tanta facilidad es un problema grave. Si el oponente hubiese sido alguien especialmente bueno en este apartado como Khabib Nurmagomedov… bueno, el luchador de Dublín hubiese quedado KO a la primera.

Al final del primer round, Diaz utilizó un extraño movimiento con la pierna para enganchar a McGregor y llevarlo al suelo. El irlandés, sin embargo, fue muy listo y supo revertir la situación.

Al principio del segundo round, la mano izquierda de Diaz comenzó a conectar. El estadounidense, de hecho, construyó su carrera alrededor de su capacidad para lanzar golpes de zurda con un ritmo muy peculiar justo después de su directo con la derecha… y precisamente cuando el oponente cree que Nate ya no puede alcanzarle.

Los ataques con la izquierda de McGregor no conectaban a tiempo por la falta de longitud de su brazo; además, la fatiga física y mental iba haciendo mella en el irlandés, que cada vez encajaba más contraataques de Diaz cuando intentaba lanzarle golpes.

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Aquí vemos a McGregor lanzando una ráfaga contra la guardia de Diaz; este se le acerca, McGregor da un paso hacia atrás y acaba encajando una combinación de uno-dos.

En la última secuencia de la pelea antes de comenzar el choque en el suelo se pudo apreciar la habilidad de Diaz a la hora de superar la fuerza y velocidad de McGregor. El irlandés empezó a lanzar golpes pero no consiguió conectar ninguno; el estadounidense, en cambio, logró lanzar un gancho de derecha que desequilibró a su rival.

Mientras Conor recuperaba el equilibrio frente a Diaz, Nate lanzó una combinación uno-dos que volvió a hacer trastabillar al dublinés.

Seguidamente, McGregor intentó derribar a Diaz —que, por cierto, es mucho mejor grappler—; el norteamericano hizo un sprawl, consiguió agarrar a Conor con un movimiento de guillotina y posteriormente usó la ventaja para tumbar a McGregor sobre su espalda. Desde allí, Diaz casi no tuvo trabajo; McGregor dejó su espalda expuesta y Nate le sometió fácilmente.

No empezaré a quejarme de los malentendidos que rodean esta pelea —la falsedad de que McGregor subió dos divisiones de peso es la más molesta—, pero sí que quería compartir algunos comentarios.

Algunos fans consideraron que este combate sería sencillo para McGregor, lo cual es bastante incomprensible. Cualquiera que conozca a Nate Diaz, que sepa algo sobre las peleas entre zurdos y que supiera de lo dependiente de su alcance que es Conor sabía que la lucha podía ser una encerrona para el irlandés. Como era previsible, la cuestión al final no fue el peso o la fuerza, sino la técnica.

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¿Qué viene ahora para McGregor? Me han llegado mensajes de personas que decían que están felices por la derrota de McGregor, ya que ahora pueden "dejar de seguir el deporte". Sin embargo, desde el punto de vista de la popularidad, esta derrota no será tan grave para Conor: al fin y al cabo, sigue siendo el campeón de peso pluma… y sigue siendo igual de potente desde el punto de vista comercial, claro.

Te pongo un ejemplo: Chael Sonnen perdió más peleas de las que ganó, pero la gente seguía viendo sus combates para verlo perder… y él se reía mientras iba al banco a cobrar sus cheques. McGregor lo tiene bastante mejor: en peso pluma encontrará pocos boxeadores zurdos capaces de conectar golpes a demasiada distancia.

Foto de Mark J. Rebilas, USA Today Sports

La derrota de McGregor frente a Diaz principalmente significa que no veremos a ningún otro campeón intentando subir de peso en un futuro cercano. Algo similar pasó después de que BJ Penn perdiera su segunda pelea ante Georges St. Pierre; caer derrotado en una división más pesada no es nada bueno para un campeón teóricamente invencible.

Para Diaz, quizás esta sea una buena oportunidad para relanzar su carrera y atacar nuevas alturas. De algún modo, puede que McGregor sea "el Gomi de Nate": Takanori Gomi era el peso ligero número dos en el mundo cuando retó a Nick Diaz; este, a pesar de tener poco tiempo de preparación, terminó derrotando al japonés de una forma muy similar a la que usó Nate con Conor.

En cualquier caso, el combate entre Diaz y McGregor fue muy interesante, arrojó muchas conclusiones… y nos tuvo bien entretenidos, que al fin y al cabo es el objetivo central de esta industria. ¡A por el siguiente combate!

Sigue al autor en Twitter: @JackSlackMMA