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La historia de la seleccionadora de 26 años que logró llevar a Ecuador al Mundial femenino

Nadie esperaba que la selección femenina de Ecuador se clasificara para la Copa del Mundo de Canadá, pero lo consiguió. Su seleccionadora, Vanessa Arauz, es la persona más joven en dirigir a un equipo en un Mundial.
Wiki Commons

El pasado lunes 8 de junio, las selecciones femeninas de Ecuador y Camerún se enfrentaron en el BC Place Stadium de Vancouver en un partido correspondiente al Mundial de Canadá. El combinado africano se impuso con comodidad, incluso con suficiencia, pero la noticia no fue esa. La noticia fue que la seleccionadora ecuatoriana, Vanessa Arauz, se convirtió en el entrenador más joven en dirigir un equipo en una Copa del Mundo —sea masculina o femenina— con 26 años, 4 meses y 3 días.

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"El récord será muy bonito… pero como siempre, no quiero que me recuerden por un récord así", explicó Arauz en una entrevista con el medio Más Deportes. "Quiero que me recuerden por el trabajo que se está haciendo con la selección del Ecuador".

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La tarea que Arauz tenía por delante parecía imposible cuando se le otorgó el timón del equipo ecuatoriano en agosto del 2014. Con solo tres años de experiencia como entrenadora a sus espaldas, la quiteña asumió el cargo en los últimos compases de la fase de clasificación de la CONMEBOL femenina. El objetivo no era sencillo: llevar a Ecuador a un Mundial femenino de la FIFA por primera vez.

A pesar de contar con un equipo formado enteramente por jugadoras amateur, Arauz logró sumar tres victorias en siete partidos —incluyendo una dramática remontada en un partido contra Argentina que terminó 3-2 y que permitió a las ecuatorianas clasificarse para la repesca del Mundial.

En ese momento, la carrera de Arauz dio un giro decisivo. El combinado ecuatoriano tenía problemas para definir de cara a puerta, así que la seleccionadora tomó cartas en el asunto y convenció a Mónica Quinteros, una profesora de gimnasia que había sido la máxima goleadora del país, para que volviera a vestirse de corto.

Quinteros, que nació siete meses antes que Arauz y debutó a los trece años con la absoluta, volvió para jugar 45 minutos en el primer partido de la eliminatoria frente a Trinidad y Tobago. Tras un empate a cero en Quito, la seleccionadora alineó a Quinteros de inicio en el partido de vuelta, el 2 de diciembre de 2014… y tuvo recompensa en el minuto 91, cuando la veterana delantera supo rematar un centro a balón parado en medio de una maraña de defensas rivales. La victoria final por 1-0 permitió a Ecuador ocupar la última de las 24 plazas para el Mundial.

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"Antes del partido, Arauz me dijo: 'Este es tu momento, visualízalo y cumple tu sueño'", aseguró Quinteros a la página web de la FIFA. "No me podía creer que defensas tan altas como las trinitenses no despejaran el balón, y después recuerdo haberlo cabeceado yo. El árbitro no lo dio inmediatamente, así que no salí gritando… tras esto, todo está borroso".

El combinado femenino de Ecuador en la Copa América de 2014. Foto vía WikiMedia Commons.

El equipo recibió un homenaje en su vuelta al aeropuerto internacional de El Dorado de Bogotá y el milagro de Arauz fue alabado por todo el país. El mismo presidente ecuatoriano, Rafael Correa, recibió a las jugadoras en un desayuno festivo en el palacio presidencial.

No era la primera vez, sin embargo, que Arauz superaba las expectativas.

La actual seleccionadora ecuatoriana también fue la primera mujer en conseguir un título de entrenador en la historia de Ecuador. Arauz se graduó en el Instituto Tecnológico Superior de Fútbol de Ecuador en 2011 con una puntuación de 19,54, la segunda más alta de una clase formada únicamente por hombres —con la notable excepción de ella misma, por supuesto.

"La última vez que miré un balón, no vi que dijera nada como 'sólo para hombres' o 'no permitido a las mujeres'", aseguró Arauz en una entrevista con Ecuador Olímpico TV. "Esta era mi oportunidad de dejar una marca en el fútbol femenino".

Los brillantes resultados académicos de la actual seleccionadora ecuatoriana llamaron la atención de Luis Chiriboga Acosta, el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, que inmediatamente la fichó como segunda entrenadora del equipo nacional femenino. En marzo de 2013, Arauz se convirtió en seleccionadora sub-17; posteriormente pasó a la sub-20 y finalmente fue elegida para guiar la absoluta.

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Una cuarta parte de las jugadoras internacionales ecuatorianas superaban a Arauz en edad cuando la técnico se hizo cargo del equipo. La juventud de la nueva seleccionadora podía haber generado problemas en el vestuario y sobre el campo por la antigua tradición de que los entrenadores sean décadas mayores que sus futbolistas, pero Arauz lo superó sin problemas. Sus jugadoras la llaman "profe Vane" por sus extensos conocimientos sobre el juego, y la seleccionadora incluso ha sabido sacar partido de su edad para interactuar mejor con el equipo.

"Todo el mundo tiene una relación especial con Arauz, es muy fácil hablar con ella y al mismo tiempo… piensa en cada detalle y es muy profesional", asegura Ali Salvador, una centrocampista de 19 de años y una de las dos ecuatorianas que juegan en universidades de los EEUU. "Se ha ganado el 100 por cien del respeto del equipo", remacha Salvador.

A diferencia de otros entrenadores jóvenes, Arauz no ascendió rápidamente por sus méritos como jugadora. La seleccionadora lleva amando el juego desde pequeña y jugó en el Emelec de Guayaquil, pero muy pronto se dio cuenta de que su futuro no estaría sobre el campo. Según una entrevista que concedió a El Telégrafo, Arauz ya dijo a sus profesores que quería ser entrenadora de fútbol cuando apenas tenía diez años.

"Todos mis compañeros de clase rieron", dijo Arauz a El Telégrafo.

La "profe Vane" Arauz, con el chándal oficial de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Imagen via Agencia de Noticias ANDES/Creative Commons.

Ahora, Arauz aspira a cambiar el futuro del fútbol femenino en Ecuador.

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En la actualidad no existe ninguna liga profesional femenina en el país; desde 2013, solo se ha disputado un campeonato a nivel nacional. Esto significa que 21 de las 23 internacionales (todas excepto las dos que entrenan en universidades estadounidenses) deben encontrar alternativas para financiar sus sueños de jugar al fútbol.

La situación de Quinteros es arquetípica. La futbolista nacida en Machala no tuvo más remedio que retirarse de la Copa América 2014 para poder seguir trabajando y alimentando a su familia.

"Pensé en retirarme", admitió Quinteros en una entrevista. "No vi futuro en el fútbol femenino… no es como con los hombres, que pueden vivir de jugar".

Arauz espera que una buena actuación de su selección en Canadá ayude a dar prestigio al fútbol femenino en Ecuador, un país con mucho camino por recorrer aún en lo referente a la igualdad de género. Cualquier debate, sin embargo, debería empezar por la creación de una estructura que asegurara la estabilidad financiera del equipo a largo plazo.

A pesar de que los expertos consideran que el equipo lo tiene muy complicado para pasar de ronda —máxime tras la derrota frente a Camerún—, Arauz considera que sus "guerreras" aún tienen opciones. El partido frente a Japón se presenta como un escollo difícil de superar debido a la calidad y la amplia experiencia de las 'nadeshiko', pero Ecuador quizás tenga alguna opción frente a otra debutante como Suiza.

La estructura del torneo, con una fase de grupos de 24 equipos y una fase eliminatoria con 16 participantes, también podría ser un argumento para Ecuador.

Para antes de cada partido, Arauz tiene un lema propio: "Si se puede, sí se pudo". Esta pequeña frase le ayuda a motivar a un equipo al cual se da pocas opciones tanto a nivel nacional como internacional, pero también le sirve como manifiesto a una lideresa que ha desafiado las normas sociales para perseguir sus sueños. Después de dirigirla durante un año, Arauz ha llevado a Ecuador del puesto 125 del ranking mundial al 46. Llegados a este punto, nada parece imposible.

Como la propia "profe Vane" dijo a The FIFA Weekly, "podemos… soñar que ganamos la Copa del Mundo".