Villanos: Larry Bird, el rubio que se cagaba en tu árbol genealógico
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larry el cabroncete

Villanos: Larry Bird, el rubio que se cagaba en tu árbol genealógico

Hay leyendas que se esconden detrás del villano: es el caso del exjugador de los Boston Celtics Larry Bird, un maestro del tiro... y un "trash talker" de cuidado.

_Estrenamos las semana con nuestra serie Villanos del deporte. Hoy nos fijamos en una leyenda de los Boston Celtics y uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA: el inigualable Larry Bird. A _la hora de meterse con el rival,_ su lengua afilada era tan buena como sus tiros de tres… y es que los mejores acostumbran a ser unos auténticos cabrones._

El rubito que rescató a la NBA

Larry Joe Bird, mejor conocido como Larry Legend Bird, es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos y es en parte responsable de que tengamos la NBA que tenemos hoy.

Hablo muy en serio: él y Magic se encargaron de rescatar una liga que estaba por los suelos, la llevaron a niveles sin precedentes y básicamente le echaron el alley a Michael Jordan para que llegara a clavar el oop a finales de los ochenta. ¡Voilà! Así nació la NBA que tanto amamos.

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Más villanos: Kevin Garnett, el mayor bocazas de la NBA

Todo el mundo recuerda a Bird por ser un tirador letal y un jugador que, aunque no parecía tener un gran físico con su figura espigada, de una u otra forma era imparable dentro de la cancha. Sin embargo, algo por lo que no muchos le recuerdan es por su habilidad para hacer trash-talking durante los partidos.

Sí, aunque pareciera un bonachón, el bueno de Larry tenía la misma sangre fría cuando tiraba un tiro para ganar el encuentro que cuando le decía a sus oponentes que eran unos pedazo de mierdas. Hoy, por poner un ejemplo, estamos más acostumbrados a la manera en la que Kevin Garnett se mete en la cabeza de sus rivales.

Larry Bird y Magic Johnson, una rivalidad que forjó el camino de la NBA que conocemos a día de hoy: sus duelos eternos definieron una nueva época del antagonismo entre Celtics y Lakers. Imagen vía Wikimedia Commons

Por supuesto que también conocemos las historias de Allen Iverson, Paul Pierce, Rasheed Wallace, Gary Payton, MJ y Reggie Miller, pero en realidad Bird siempre se ha mantenido en la cúspide de los trash-talkers para los aficionados que vivieron esa época. Lo mejor para comprobarlo será repasar sus mejores momentos.

El rey del concurso de triples

Empecemos por una anécdota de cuando la NBA introdujo el concurso de triples en el partido del All-Star, allá por 1986. Bird ganó los primeros tres eventos de forma consecutiva: a día de hoy sigue siendo el jugador que más veces ha ganado el evento.

Tal era su superioridad que el tío entraba al vestuario donde estaban los demás participantes antes de empezar el concurso y les preguntaba quién iba a competir por el segundo lugar.

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Larry se metía con la gente hasta cuando no participaba en el concurso, como cuando en el 1989 ganó Craig Hodges —que acabaría sumando tres títulos seguidos para empatarle— y a este le dijeron que el premio no contaba tanto porque Bird no participaba.

Hodges, por entonces escolta de los Chicago Bulls, comentó que Bird sabía dónde encontrarle. La frase llegó a los oídos de Larry, que por supuesto no se calló y atizó a los medios —y al enemigo— con la siguiente mofa: "Sí, en el fondo del banquillo de los Bulls". _¡PAM! _Chúpate esa, Craig.

Muñeca letal, pico de oro

En otra ocasión, Bird estaba jugando contra los Pistons y tenía al bueno de Dennis Rodman enganchado como una garrapata. El polémico jugador de Detroit —y después figura mítica en los Bulls de MJ— estuvo todo el partido jugándole encima, negándole la bola e intentando que su rival tocara el balón el menor número de veces posibles.

Larry Bird en una acción frente a Dennis Rodman en 1987. Foto de Manny Millan, Sports Ilustrated

Como si tuviera un fantasma delante, lo único que hacía Larry era gritarle a sus compañeros: "¡Estoy solo! ¡Pasádmela! ¡Estoy libre! ¡Rápido, pasádmela antes de que se den cuenta de que no hay nadie marcándome!". Acto seguido recibía el balón y metía el tiro en toda la cara de Rodman.

Bird, que jamás tenía suficiente cuando se trataba de tocar las pelotas, se acercaba entonces al banquillo de Detroit para vacilar al entrenador Chuck Daly: "¿Quién me está marcando, Chuck? ¿Hay alguien marcándome? Mejor pon a alguien a cubrirme o voy a meteros 60". KO de campeonato.

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Antes mencioné a Reggie Miller, otro de los grandes bocazas de la historia de la NBA. Pues bueno, en la temporada de novato del irreverente Pacer, mientras Bird estaba en la línea tirando libres, Reggie decidió que sería buena idea decirle algo para distraerle e intentar que fallara:

Bird le clavó la mirada, metió el primero y le espetó: "Rook,__ soy el puto mejor tirador de toda la liga. ¡De toda la liga! ¿Lo entiendes? ¿Y vienes tu aquí e intentas decirme alguna mierda?".

Una estilo algo heterodoxo no evitó que Bird liquidara a sus rivales desde cualquier rincón de la pista. Foto de Nathaniel S. Butler, Getty Images

"Merry fucking Christmas!"

Otra célebre historia de Bird le relaciona con la Navidad y con el pobre Chuck Person. El apodo de Person era The Rifleman, o sea algo así como 'El Tirador'. Antes del partido, Person declaró: "The Rifleman is coming and he's going Bird hunting" —'el tirador está de camino y viene a cazar pájaros [birds]'—.

Pues bien, con esa declaración en mente, Bird se le acercó antes del partido —que coincidía en 25 de diciembre— y le dijo a Person que le tenía preparado un regalito de Navidad. Durante el partido se esperó a que Person estuviera en el banquillo, se acercó, tiró un triple y justo cuando soltó el balón, se volteó para felicitarle: "Merry Fucking Christmas!".

Es obvio que el tiro entró porque no puedes decirle "Feliz jodida Navidad" a alguien y luego fallar cuando eres un auténtico genio.

La fuente de anécdotas no se agota: cuando se acercaba el final de una gira de los Celtics en la que habían ganado todos sus partido, Bird comentó en una rueda de prensa que jugaría, por lo menos, tres cuartos del último partido usando solo la mano izquierda. Para aclarar dudas, y como habrás imaginado, Larry es diestro.

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Al día siguiente, después de tres cuartos, Bird había enchufado 27 puntos con la zurda: acabó el encuentro con 47 tantos, 14 rebotes y 15 asistencias. Además, metió el tiro que empataba el choque, forzó la prórroga y liquidó al rival con el tiro ganador en el tiempo añadido.

"Voy a recibir el balón aquí y me levantaré delante tuyo para meterla", le comentó el '33' a Xavier McDaniels, el jugador de los Seattle SuperSonics encargado de defenderle. Dicho y hecho:

¿Y por qué solo meterte con un jugador cuando te puedes meter con un banquillo entero?

En un partido contra los Dallas Mavericks, Bird se acercó al banco contrario después de un tiempo muerto y les comentó: "Ainge va a meter la bola y se la va pasar a DJ, él me la va a pasar en la esquina, dónde me voy a echar para atrás y voy a meter un triple. ¿Lo habéis entendido? Me voy a parar justo aquí, no me voy a mover, me la van a pasar y el siguiente sonido que escucharéis será el del balón tocando el fondo de la red".

Y claro, eso fue justo lo que paso: una vez cumplida la misión, Bird le guiñó el ojo al banquillo mientras regresaba trotando para defender la siguiente jugada. ¡Vaya figura!

Y bueno, la verdad es que hay muchas historias más: el tío llegaba a los pabellones para preguntar cuáles eran los records de anotación allí porque planeaba romperlos; se reía de Clyde Drexler después de meterle diez puntos seguidos en la cara; se burlaba del entrenador de los Utah Jazz diciéndole que apenas estaba calentando después de meter todo lo que tiraba. Ah, y, por supuesto, esto:

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El banquillo de los Atlanta Hawks flipó literalmente con la actuación del astro rival: la falta de autocontrol provocaría que la franquicia multara con 500 dólares a los jugadores.

Bird, además de ser un bocazas de campeonato, ganó tres anillos con los Boston Celtics y sumó tres premios MVP de la temporada regular consecutivos. El rubito espigado fue seleccionado para doce All-Stars y se retiró tras trece temporadas con el equipo de Massachussetts.

Actualmente, Bird es el jefe de operaciones de baloncesto de los Indiana Pacers, la franquicia de su estado natal, el equipo de la cual entrenó durante tres años poco después de su retirada.

Ahí le tienes: el legendario Larry Bird, maestro de la canasta… y experto en cabrear a todo el mundo.

El autor afirma que es el peor adulto de la historia, pero os recomendamos que lo comprobéis vosotros mismos en Twitter: @zananassi