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El americano del Cartojal y el hincha romántico en peligro de extinción

Michael García es un romántico del fútbol, un estadounidense capaz de dejar su trabajo para viajar a Europa a ver los equipos más modestos del continente. Ojalá hubiera muchos más hinchas como él.
Imágenes cedidas por Michael García

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La historia de Michael García no es la de un hincha cualquiera. Quizás no caigas ahora, a bote pronto, pero seguro que recordarás a ese tipo que causó furor por no aguantar el Cartojal en la Feria de Málaga. Sí, Mike es el americano que protagonizó una de las 25 historias más épicas del año en España, o al menos eso dicen en Buzzfeed.

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Conocí a Michael en Barcelona, durante su tour futbolístico por Europa del pasado verano que le convirtió en uno de los personajes del 2016. Lo vi antes de que se marchara a Francia y después de presenciar el Athletic de Bilbao-FC Barcelona en el VIP de San Mamés. Fuimos a la Ovella Negre del Raval y, entre cervezas, se reveló ante mí una gran persona que era mucho más que un borracho. Mike, un estadounidense de raíces mexicanas de 29 años, es en realidad un representante de una especie en peligro de extinción: el hincha de verdad, el apasionado de las gradas. Es curioso que naciera en el país menos adecuado para disfrutar de ellas, el país donde el football se juega con las manos.

Más fútbol: La épica historia del 'americano que no aguantó el Cartojal'

Medio año después de nuestro encuentro, llamo a Mike por Skype para saber que tal le va y cómo lleva los planes de su próxima odisea futbolística. Le encuentro en un hotel de Dallas, Texas, donde está pasando un par de semanas por trabajo. Si es un tipo particular dentro del campo, fuera de él también lo es: su curro consiste, básicamente, en realizar el mantenimiento de las cámaras acorazadas de los bancos. Y no, el dinero para sus viajes no lo ha robado.

A Mike le llegan todo tipo de bromas de sus colegas a través de las redes sociales. Aquí vemos un montaje de una de sus fotos en Málaga y la portada de un disco de su grupo favorito que le envió un alemán de Stuttgart

"Todavía me río de lo que pasó en Málaga, no me lo explico. A veces estoy conduciendo el carro y me pongo a reír solo, lo mismo cuando miro las fotos del viaje", me cuenta. Desde que volvió de su tour europeo en octubre, donde se fundió todos sus ahorros, vive en casa de su hermana en San Francisco. Está buscando piso en la zona de Silicon Valley, pero la cosa está complicada y le está costando guardar un extra para financiar su próxima aventura. "Me gustaría conocer los estadios de Alemania e Italia, ir a Dortmund, Berlín…"

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En 2016, Mike dejó su anterior trabajo para visitar las aficiones que más admira, porque su foco no está en los equipos sino en sus aficionados. "Me gusta ver a las aficiones enamoradas de sus equipos. De hecho, a mis amigos les digo que no me gusta tanto el fútbol, sino la afición. Me gusta ese sentimiento, que alguien sienta tanto por un equipo", reflexiona. Que un estadounidense te de una clase magistral de fútbol romántico tiene tela, pero he conocido a pocos aficionados que defiendan mejor la esencia del juego.

El fútbol no nació para hinchar de dinero a las multinacionales, el fútbol nació para hacer vibrar a la gente. Y eso se está perdiendo a pasos agigantados. "Ahora que es popular en Estados Unidos, veo a muchos football hipsters, como les llamo yo. Es gente que va con los equipos grandes y solo va al bar para presumir de que está viendo fútbol". Él, si no está en un estadio, prefiere verse toda la jornada en casa. Y se trata de toda la jornada en sentido literal.

Michael, el de la gorra, rodeado de la afición del Málaga durante la Feria de Agosto en la ciudad andaluza

"Hay poca gente que se levanta a las siete de la mañana para ver fútbol, pero a mí me interesa la cultura europea, me gusta", asegura. Los fines de semana se pasa de siete a una de la tarde enganchado al televisor, y normalmente ve partidos de la Premier, La Liga y la Bundesliga. Intenta seguir a los clubes que le han enamorado durante sus dos tours por Europa. "Mis equipos favoritos son el Málaga y el Fulham. El Atlético de Madrid también, porque me gusta mucho Fernando Torres". En sus aventuras ha ido desde Copenhagen hasta Eibar, pasando por Londres, Stuttgart y otras ciudades europeas por el camino.

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¿Y cómo se enganchó de esta manera? No lo tiene claro, pero sabe que le viene de sus amigos mexicanos y su participación en el equipo de soccer de la escuela. Ahora todavía juega a pesar de una lesión de rodilla, aunque lo hace en pachangas de fútbol siete con amigos. Llevan seis años ganando su liguita amateur, y en la espalda viste el dorsal 31 acompañado de un misterioso nombre, Torta. "En verdad es el mote del portero, pero como me he puesto un poco gordo, me han dicho que ya me tocaba a mí también".

Mike celebra un gol de la selección de Estados Unidos junto a su hermano. Desde 1996 ha ido a gran parte de los partidos de los San José Earthquakes, una franquicia de la MLS radicada en la bahía de San Francisco

El jugador favorito de Mike es Cobi Jones, un estadounidense odiado por los mexicanos. "En el Mundial 2002 jugaron contra México y Rafa Márquez le dio una patada en la espalda, desde ese día se convirtió en mi ídolo". Cobi fue un referente de la selección nacional y la MLS, pero es probable que a nosotros solo nos suene por haber recibido esa patada del exbarcelonista Márquez. "Nunca me han gustado los Cristiano o los Messi, nunca me han interesado. Juegan bien, pero a mi me gustan los que trabajan mucho en el campo, los que son malos pero lo dan todo".

Ya que hablo con Mike, y no podemos olvidar por qué es una leyenda de las gradas, le pregunto por un jugador con el que irse de cañas. "Podría ser Zlatan, pero diría que Andrea Pirlo, porque vi unas fotos de cuando celebraba títulos con la Juventus y pensé, 'tengo que ir de fiesta con Pirlo'. Es un tipo serio, pero se ve que se pone a tope de fiesta. Un amigo se lo encontró en San Francisco. Iba en bicicleta con su hija y lo reconoció, y le dijo 'Pirlo, hey'. Él no se enteró, pero la niña empezó 'Papá, papá, ¡para, para!'. Y Pirlo paró y se tomó una foto con él".

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Mike iría de cañas con Pirlo, un tipo serio que, según cuentan, se desata en las fiestas. Imagen vía Twitter

A Mike, el fútbol le ha llevado a muchos sitios inesperados, y cuando le pregunto por el sitio más raro me responde que, sin duda, se trata de Eibar. Como ya sabrás, la ciudad guipuzcoana ha encabezado en numerosas ocasiones los ránkings de las ciudades más feas de España. "A mi me gustó porque es pequeña, y en el estadio tienes a los jugadores al lado. Recuerdo que estuve charlando con una pareja, y cuando les dije que estaba viajando por los campos, me reconocieron 'tú eres aquél que sale en Facebook y Twitter' y me pidieron una foto".

Mike viaja solo, pero hace amigos en todos los rincones. A San Mamés llegó tras una mala noche en Eibar —no por el fútbol, sino por la fiesta de después—. Había perdido el móvil y no había imprimido su entrada para el Athletic-Barça. En las taquillas no le hicieron caso, pero un aficionado le indicó que podría imprimir su pase al coliseo bilbaíno en un cibercafé cercano. No lo sabía entonces, pero había pagado una entrada VIP, porque las generales estaban agotadas. Cuando accedió al estadio y le metieron en un lujoso palco del nuevo San Mamés no lo entendió del todo. Hasta que no fue a pagar una cerveza y le dijeron que él lo tenía gratis no se dio cuenta del homenaje que, sin querer, se había pegado.

Mike posa con aficionados del Eibar en Ipurua durante su tour del verano pasado

En el VIP, realmente, Mike estaba en fuera de juego, pero una vez es una vez… ¿no? "Desde niño me ha gustado ir en contra de lo que van mis amigos, si eran del Barça, pues a mi no me interesaba. Me gustan los underdogs (los que no son favoritos). Les digo que salí de la música punk y hardcore, y así he salido también para el fútbol". La música es la otra pasión de Michael, que recibirá las visitas de varios de sus colegas europeos en verano. Les piensa llevar a conciertos en garitos y acompañar las noches con tequila, pero ellos le piden, sobre todo, ir a un partido de la NBA. Habrá que abandonar el fútbol por un día, qué remedio.

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El americano que no aguantó el Cartojal es, sin duda, un magnífico ejemplo de pasión por el fútbol y las gradas, pero además es un tipo que nos recuerda que no hay que ser un hooligan para amar unos colores. El rechazo a la violencia es relevante en medio de una época donde los grupos ultras tienen centenares de miles de seguidores en las redes sociales. "Trato de entender por qué son así, pero no sé por qué. Hay gente que siente tanto como ellos los equipos, pero no recurren a la violencia ni al odio". Por los mismos motivos, se muestra preocupado por Trump, pero de ese tema ya se habla mucho.

Él tiene claras sus prioridades: una cerveza en la mano, el culo sentado en las gradas de Eibar y el Atlético de Madrid en el campo. En casa se conforma con verlo desde la televisión, pero en diciembre piensa volver a Europa, donde sueña con encontrar a su pareja ideal, evidentemente una chica a la que le apasione el fútbol.

Sigue al autor en Twitter: @GuilleAlvarez41

P.D. Le pedí a Mike una canción que sirviera de banda sonora para sus viajes de fútbol, y eligió "The Obituaries", una canción de The Mezingers que según sus amigos le describe a la perfección.