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más allá de las canastas

Mad Street League, baloncesto de barrio contra la discriminación

El colectivo Mad Ball Squad, formado por madrileños e inmigrantes, pretende fomentar los valores y la ética ciudadana a través del baloncesto callejero en Lavapiés.
Todas las fotos por Longshoots

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Lavapiés es sinónimo de integración, multiculturalismo y baloncesto. Baloncesto callejero, streetball. En esta barriada del centro de Madrid, unas de las primeras cosas que llaman la atención son las canchas de basket que presiden el Parque Casino de la Reina decoradas a base de grafitis.

Día sí y día también, un mar de colores se dan cita en las pachangas improvisadas de gente que se acerca al parque con ganas de enchufarla en los aros metálicos, el principal elemento visual y sonoro de cualquier pista callejera que se precie. Las zapatillas de última generación, las camisetas de los ídolos y, porqué no decirlo, los distintos tonos de piel de los jugadores, dan luminosidad al gris adusto de la cancha.

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"El streetball te da creatividad, no hay nadie que te diga qué puedes o no puedes hacer, eres tú mismo", explica Julio de Assís, un madrileño de 24 años y origen angoleño que forma parte del colectivo Mad Ball Squad. Él es otro más de los extranjeros que se juntan en el parque para hacer deporte y estar tranquilos, para alejarse de la complicada vida al otro lado de la valla.

Todas las fotos por Longshoots

El pasado 3 de enero, más de 150 jugadores se reunieron en la Meca del streetball en España para participar en el primer evento de la Mad Street League, que pretende fomentar el alma juvenil y urbana de Lavapiés a través de varios torneos de baloncesto 3x3 y una liguilla de verano. No es la primera vez que el barrio acoge un evento de estas características, ya que por las mismas canchas han pasado estrellas como Kevin Durant y Sergio Llull.

A pesar de ello, esta iniciativa no está de más y es otro ejemplo de lo que el balón y la canasta pueden llegar a significar en estas comunidades. En el barrio hay ciudadanos de 88 nacionalidades, y casi el 30% de los vecinos son extranjeros. "El deporte es algo que une. He estado jugando en equipos con gente de Soria, de Estados Unidos, del sur de África, con musulmanes… al final, te hace dejar a un lado las tonterías y consigue que las personas se lo pasen bien", comenta Julio, que además de su faceta street también compite en la Liga Española de Baloncesto Amateur (EBA).

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Libertad, evasión, arte y oportunidad son algunos de las palabras más citadas por los que los jóvenes se lanzan a las pistas de cemento. "Juego desde pequeñito, y lo bueno es que en baloncesto no suele haber problemas de racismo. Al fútbol todavía le queda bastante, pero en el basket ha desaparecido esta problemática y eso puede ayudar mucho", asegura de Assís, que creció en Aluche, otro barrio de la capital con mucha inmigración.

Sergio Ruiz, otro miembro de Mad Ball Squad, defiende su proyecto porque va más allá de los eventos de un día. "Se han hecho cosas puntuales y sin continuidad, nosotros queremos crear una comunidad", explica este madrileño de 27 años, que hasta ahora organizaba partidillos a través de una lista de difusión en Whatsapp.

Según los organizadores, el baloncesto es una de las mejores herramientas para transmitir valores entre los más pequeños. "Yo me he educado con el baloncesto. En los colegios, hoy en día, los profesores no tienen casi autoridad, y sin embargo un entrenador es como un sargento. Gracias al deporte he conocido otros países, otras culturas… he podido estar con una campeona olímpica como Ruth Beitia, el baloncesto me ha llevado a muchos sitios", afirma Julio.

"Mucha gente llega sin conocer nuestro idioma. Me acuerdo de un mulato de Austria que nos sorprendió a todos, porque no esperas a alguien así si te hablan de un austríaco, y que aprendió a hablar español en la pista", ejemplifica Sergio, estudiante de ingeniería y árbitro en los ratos libres. "Gracias al baloncesto he conocido a tipos de Ghana y Camerún, gente que difícilmente podría haber conocido en mi otro ámbito habitual, la universidad".

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Con el mismo objetivo integrador, la primera edición de la Mad Street League no solo se fijó en la discriminación étnica, sino también de sexo. El torneo fue mixto, aunque al haber poca asistencia de mujeres se dividirán los equipos por categoría masculina y femenina en el próximo evento. La idea es salir de Lavapiés, visitar colegios y poder organizar torneos en las cinco canchas callejeras más reconocidas de la capital.

Además de sudar la camiseta, la Mad Street League pretende incluir música, baile y acciones artísticas en su programa habitual de actividades, que ya ha recibido el apoyo de asociaciones como el Movimiento contra la Intolerancia de Madrid y el Consejo de Víctimas de Odio y Discriminación.

Sigue al autor en Twitter: @GuilleAlvarez41