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El fin de Hulk Hogan

La WWE eliminó a su antiguo icono Hulk Hogan de su historia después de que un audio racista del ex luchador saliera a la luz.
David Richard-USA TODAY Sports

Hulk Hogan ha desaparecido. El luchador profesional más icónico (y el mayor mentiroso compulsivo) de su generación ha sido eliminado de la historia oficial de la WWE. Hogan ya no está en el Salón de la Fama; su merchandising ha sido retirado de las tiendas. Ya no será juez de Tough Enough. La lucha profesional lanzó a su gran hijo naranja hacia el hoyo del olvido… y solo necesitó unos pocos minutos para hacerlo.

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Hace unas semanas, el audio de un (lamentable) vídeo de sexo protagonizado por Hulk Hogan apareció en las webs estadounidenses National Enquirer y RadarOnline. La pieza, en la que el luchador mantiene relaciones sexuales con la esposa de un amigo suyo, incluye declaraciones racistas de Hogan sobre la posibilidad de que un hombre negro tuviera una relación romántica con su hija.

El vídeo es una pieza estúpida, horrible y marrana, llena de tópicos racistas. Su mera existencia, por sí misma o en conjunción con las otras desgracias recientes que ha sufrido el luchador, es suficiente para marcar el fin de Hulk Hogan.

No es la primera vez que la WWE intenta eliminar a un luchador de su memoria. Cuando se hizo evidente que Chris Benoit era un asesino, su merchandising fue retirado y su nombre fue eliminado de los libros. Simplemente lo hicieron desaparecer, como parece que ocurrirá con Hogan.

Este tipo de medidas no son comunes en absoluto con los luchadores que dejan la WWE. El propietario, Vince McMahon, suele estar abierto a recuperar figuras del pasado. Su política se podría definir de forma muy simple: si queda dinero por ganar, bienvenidos sean de vuelta. McMahon tampoco es excesivamente duro con quienes chocan con la dirección de los eventos; CM Punk actualmente está en un proceso legal contra la WWE, y aún así sigue teniendo presencia en su sitio.

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No sabemos hasta qué punto llegará este proceso con Hogan. Mediáticamente, el luchador de Augusta es mucho más grande de lo que Benoit llegó a ser; la mera idea de que su nombre desaparezca completamente de las bases de datos de la WWE Network parece imposible. Este es solamente el 'Día Uno' de la respuesta de la WWE; podría terminar con la destrucción total del personaje de Hogan o sencillamente ser un toque de atención severo.

Las cosas no van bien para Hulk Hogan. Foto de Jake Roth, USA Today.

No hay que olvidar que Hogan fue la estrella más grande de la historia de la lucha profesional. No importa lo odioso que fuera y no importa hasta qué punto hiciera enojar a sus colegas; simplemente, si estabas metido en el mundo del 'wrestling' no podías escapar de él. Tenías que hacer negocio con Hogan porque en ciertas áreas él era el negocio. Aún ahora, 30 años después del inicio de la 'Hulkamania', el luchador seguía pareciendo demasiado grande como para caer.

No es una hipérbole definir la desaparición de Hogan como un punto de inflexión en la historia del 'wrestling' en Estados Unidos. Decir que la lucha libre profesional ha sido tradicionalmente una galería de réprobos y lunáticos es un eufemismo: es un negocio donde varios hombres fueron apuñalados a muerte en las duchas; donde las drogas y los esteroides fluyeron libremente; y donde el racismo no solamente ha sido ignorado, sino a veces también abrazado activamente.

Hogan, para hacerle justicia, no es mucho peor que algunos personajes que la WWE ha optado por no borrar, como Iron Sheik y sus tendencias racistas y antisemitas. Incluso el propietario Vince McMahon soltó la palabra 'nigger' en un discurso que parecía estar diseñado para resaltar la noción de que sus empleados de piel oscura no tenían más remedio que comerse un bocadillo de mierda cada día de su vida en el trabajo.

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La lucha libre en la máxima categoría es fascinante porque nunca impone tendencias: solo reacciona. Cualquiera que piense que la mezcla de sexo y violencia de la Attitude Era era peligrosa seguramente no recordará el tono de los años 90 o cómo la WWE echaba para atrás sus peores impulsos cuando los anunciantes se quejaban.

La lucha libre es un libro de historia viviente, un auténtico mapa de la psique del público de clase trabajadora. En ella se encuentran nuestras aspiraciones más grandes y nuestros peores miedos: nuestra concepción misma del mundo, en resumen. Y ahora mismo, en 2015, una expresión racista es inaceptable aún viniendo de una leyenda.

Esto significa, entonces, que cualquier cosa que haya sido la WWE en el pasado no tiene por qué ser la WWE hoy en día. Es difícil decir qué habría ocurrido si esto hubiese pasado hace quince años, pero en el aquí y el ahora las cosas funcionan distinto. Por mucho que la WWE haya coqueteado con racismo o que esto siga ocurriendo inclusoen el presente, Hogan ha llegado demasiado lejos con este último escándalo.

La respuesta de la WWE no convierte a la organización en buena de forma automática, pero sí señala que este tipo de racismo abierto no será tolerado a partir de ahora. Y eso está bien, especialmente teniendo en cuenta que el legado moral de la lucha libre profesional es entre difuso e inexistente.

En lo que respecta a Hogan, hay algo de justicia poética en esta decisión. Ser aplastado abruptamente por la cultura 'pop' a la que estás tan desesperado por aferrarse es un gran giro irónico. Tras una vida hecha de bravuconería cuidadosamente cultivada, terminar destruido por un momento de debilidad es seguramente lo más cercano a un final literario que Hogan podría tener.