George Karl se ha quedado a gusto, pero su larga trayectoria le legitima para dar su opinión sobre un tema que siempre ha sobrevolado la NBA. Imagen vía Reuters
Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:Los escándalos de dopaje nunca han manchado a la NBA y sus jugadores, y eso es algo sospechoso en un mundo en el que todo deporte —incluso la petanca y el billar— se ve salpicado por esta lacra año tras año. La liga estadounidense tiene varias normativas antidopaje en vigencia, pero la falta de casos en una liga tan competitiva deja dos posibles escenarios: o los jugadores de baloncesto son muy limpios, o la liga hace la vista gorda y a lo grande.A pesar de que la NBA ha introducido los tests sanguíneos para luchar contra los tratamientos hormonales y otros sistemas similares para aumentar el rendimiento físico, el histórico exjugador y entrenador estadounidense George Karl ha rajado sobre la política antidopaje de la liga y el abuso de sustancias prohibidas por parte de los jugadores."Tenemos un sistema antidopaje más rigurosos que la NFL o la MLB, y siempre chuleamos de ello. Pero seguimos teniendo un problema de dopaje, aunque es diferente al de hace 30 años. Y este me preocupa más que los imbéciles que se metían en problemas por consumir drogas recreativas", escribe Karl en su biografía Furious George, de la que se ha publicado un extracto con esta y otras perlas."Hablo de las drogas para aumentar el rendimiento —como los esteroides, las hormonas de crecimiento, etc. Es obvio que algunos de nuestros jugadores se dopan. ¿Cómo puede ser que algunos jugadores se hagan viejos y sin embargo estén más delgados y más en forma? ¿Cómo se recuperan tan rápido de las lesiones? ¿Por qué cojones se van a Alemania durante la pretemporada? Dudo que sea por el chucrut".Según el veterano técnico, que ha entrenado a una decena de equipos —incluidos el Real Madrid, los Golden State Warriors y los Denver Nuggers— durante su trayectoria profesional, las nuevas técnicas de dopaje en Europa, cada vez más difíciles de detectar, son el motivo por el que los NBA viajan al viejo continente. "Por desgracia, los controles siempre parecen ir por detrás del dopaje. Lance Armstrong nunca dio positivo. Pienso que queremos que los mejores tengan éxito, no que tengan éxito los más ricos y tramposos contratando a los mejores científicos, pero no sé qué se puede hacer al respecto", sentencia.Sin duda, la opinión de Karl es polémica y notoria, así que veremos que responden los jugadores —algunos ya le han acusado de viejo cascarrabias— y la liga cuando se publique un libro que promete emociones fuertes. Sin acusar a nadie en concreto, la experiencia de Karl valida la sospecha de que el dopaje en la NBA es algo normalizado.
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